Una mariquita y un gato
Aquí estoy después de la última conexión a finales de año. Confieso que me he relajado demasiado y la DESCONEXIÓN bloguera ha sido demasiado larga. Pero es que mi trabajo ha pasado de ser en su mayoría virtual para trabajar físicamente rodeada de gente interesada por tejer, coser y hablar de mil ideas DIY que se pueden transformar en una tarde de talleres handmade. Así he pasado estos meses. Los cursos de costura son una gran ventana a la práctica y el compartir intereses y conocimientos que hacen que todo lo que he logrado hasta ahora tenga reciprocidad en las distancias cortas. Es muy gratificante ver como lo que te gusta se transmite y puede despertar en los alumnos mucho interés. Esas ganas de desarrollar los tutoriales y técnicas aprendidas sola, en mi casita, en mi cuarto de costura, presentadas en la web… de una forma presencial, me está gustando más de lo que pensaba. Y el día no tiene más que 24 horas, por eso… es necesario decidir por lo prioritario.
Y dicho esto, estamos en Carnaval! Hoy es Martes de ENTROIDO y aquí llueve. No sé yo si conseguiremos ver algún desfile esta tarde. Nos lo vamos a tomar con calma y si nos apetece disfrazarnos, en casa nos pintaremos un poquito las caras y probaremos trajes de otros años, que para los niños siempre es divertido. Ayer tuvimos también un día gris, pero la fiesta fue a cubierto y las ganas de estrenar disfraz eran muchas. Esta vez, la idea la pusieron los peques: “Mami este año no nos hagas nada raro, queremos ser Lady bug y Cat noir”
A estas alturas si sois mamás de 5 a 10 supongo que ya sabreis quienes son estos personajes sin que os explique mucho más que el nombre. Para las demás, se trata de unos colegiales que se transforman de SUPERHÉROES para salvar el mundo, gracias a un yoyó y un palo? Bueno, confieso que más de una vez me he quedado parada a ver un capítulo porque los dibujos en sí son muy bonitos y agradables. Y están ambientados en la ciudad de París, recorriendo los monumentos y lugares más importantes que mis hijos reconocieron en el último viaje que hicimos en Diciembre. Si se puede llamar formación, pues bienvenida no?
El disfraz en sí no tiene ningún misterio. Es un mono enterizo, estructurado en dos por la cintura y con cierre de cremallera invisible en la espalda (ella) y delantero (él). Me paré un poco más en el cuello negro y los puños de brazos y piernas. Por lo demás, esta licra se cose sola y si me apuras, ni la remalladora es necesaria. Lo que sí vi complicado fue hacerme con todos los COMPLEMENTOS. No porque fueran difíciles de conseguir (bueno, esa peluca azul sí que tuvo su agobio, porque se agotó rápidamente en todos los sitios). Los antifaces con las mismas telas, reforzadas por entretela gruesa. La cola y las orejas son un set del disfraz de gato. El cascabel es del árbol de navidad de mi amiga Marta. El yoyó es de madera pintado con acrílicos. Y el palo… lo encontré en una caja de un bazar a punto de tirar a la basura. Creo que nada más… ah si! Los pendientes de Lady bug… unas medias perlas pintadas con pintauñas y rotulador permanente que mi hija decidió dar de lado porque odia que le toquen las orejas 
Y hasta aquí mi costura de Carnaval de este año. Como comenté en mis clases, los disfraces son una buena excusa para animarte a coser prendas nuevas. Las telas son más económicas y si no queda perfecto no es una prenda que vayas a usar a menudo. Siempre aprendes y eso es lo importante, las ganas de probar diferentes costuras. Os mando un beso muy fuerte mamás 
Feliz Carnaval!
eLISA
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