Telares II: crea un tapiz con tus hijos
¡Allá vamos! Si ya has conseguido los materiales de los que hablábamos en el post Telares: hacer tapices es un juego de niños, ¡ya te puedes poner manos a la obra con tu peque!
Hacer un tapiz con telar
1. Montamos la urdimbre. Para ello, con el hilo de algodón, hacemos un nudo en la primera ranura o “diente” del telar. Vamos montando de arriba a abajo, siempre por el frontal del tapiz, de manera que el hilo encaje por las ranuras traseras del tapiz y así no se salga. Finalizamos atando con un par de nudos en la última ranura o “diente” del telar. Si es necesario (y nuestro tapiz lo permite), movemos los soportes de la urdimbre para asegurar la tensión de ésta. Tiene que estar tenso, pero con la suficiente holgura para que se puedan levantar los hilos.
2. Hacemos pequeños ovillos con la lana elegida. La otra opción, si nuestro telar las incluye, es montar la lana en la naveta. Para ello sólo tendremos que ir enrollando la lana por las dos ranuras de la naveta, preferiblemente haciendo ochos (es decir, pasa el cabo de lana por una ranura, gira la naveta y pásala por la otra ranura). Ve girando la naveta para que no se te acumule todo en un lado de la misma.
3. ¡Aquí es cuando los niños pueden empezar! Ahora tenemos que ir pasando nuestros ovillitos o la naveta entre la urdimbre. Procura dejar siempre un cabo largo, para luego poder atarlos y esconderlos. ¡El esquema es muy fácil! Por arriba, por abajo, por arriba, por abajo… y cuando lleguemos al final de la vuelta, hay que alternar: donde antes hemos pasado la lana por arriba de la urdimbre, ahora tendremos que pasarla por abajo. Te dejo la siguiente imagen con el esquema para que lo veas mejor.
4. Consejos:
- Deja los cabos larguitos, que luego habrá que enhebrarlos y si son muy cortos, será difícil.
- Aquí lo importante es que nuestros peques no tiren mucho del hilo al girar en cada vuelta. La lana (o trama) no debe quedar tirantes sobre la urdimbre. Si se tira mucho, el tapiz irá disminuyendo de anchura y quedará raro. Esto es lo más difícil de controlar… ¡Hasta a mí me cuesta un poco!
- El peine que viene con el telar sirve para ir apretujando la trama que vamos haciendo. Cuanto más apretujada esté, menos se verá la urdimbre.
- Yo en este tapiz he usado la misma lana todo el rato, porque es una lana que va cambiando de color. Pero siempre se puede cambiar de lana, al final de cada vuelta, y así variarás colores y texturas. Queda muy chulo cuando se cambia de lanas gruesas a lanas más finas.
- Para los peques, lo mejor es empezar con lanas gruesas, puesto que se tarda menos en rellenar el telar. Si lo haces con una lana muy fina, lo más probable es que, al no ver resultados, los niños se aburran antes de tiempo.
- Mi tapiz incluye un cacharro cuyo nombre no he conseguido encontrar, que sirve para ir separando los hilos pares e impares. Esto facilita un montón el proceso de “por arriba, por abajo, por arriba, por abajo…”. Lo único que tenéis que tener en cuenta, es que es más fácil colocarlo en el telar con la urdimbre un poco suelta.
5. Finalizar el tapiz. Una vez acabado el tapiz, sólo quedan dos pasos para rematarlo, aunque son un poco laboriosos:
- Esconder los cabos dentro del tapiz: Con la aguja lanera, esconde los cabitos por los túneles que forman la trama.
- Sacar el tapiz del telar: para ellos, ve cortando la urdimbre y atando los cabos sueltos de dos en dos, con un nudo doble. Dependiendo de lo que quieras hacer con el tapiz, puedes dejar los cabos de la urdimbre sueltos como si fueran flecos, esconderlos también dentro del tapiz, o cortarlos cortitos.
¡Y ya está, ya tenemos nuestro tapiz!
En el próximo post, os explicaré cómo convertir este tapiz tan bonito en un bolsito para nuestra niña.
¡Hasta la próxima, Pescao!