Reto amistoso 123: hojas. Camino de mesa.
¡Hola, desvaneros!:
Pero no me explayo más con este preámbulo. Si os parece comenzamos con el reto como tal…
Bueno, como digo, mi primera opción fue un bolso de mano o clutch. Y para ello seguí las instrucciones de un tutorial maravilloso de Yuyi»s Creations, pero ya digo que el proyecto acabó en desastre, no por ella, sino por mí (luego, si os portáis bien, quizá os lo muestre al final del post de hoy 😉😉😉).
Por supuesto tiene sus pequeñas imperfecciones, pero a mí me encanta el resultado: ahora mi mesa del comedor queda menos desangelada, y cumplí por una parte con mi deseo de usar la tela de arpillera, la cual adoro y suelo usar mucho en mis proyectos de scrap y mix-media, y lo más importante: lleva montooooooooooooones de hojas, algo indispensable para este reto.
- Tela de arpillera, de saco o yute en color oscuro. Según dónde viváis se denomina de una u otra manera. En concreto la pieza que yo he utilizado mide 1″30 m X 0″3 m.
- Tela tipo gasa con motivos grises y blancos para la base. Medidas aproximadas: 1″35 m X 0″36 m.
- Cinta decorativa verde con motivo de hojas para decorar la parte central del proyecto. Crea un efecto muy bonito a modo de enredadera.
- Hilos de costura: blanco y verde.
- Tijeras de tela y tijeras cortahilos.
- Máquina de coser.
- Dos prensatelas diferentes: el normal y el de cremallera.
- Alfileres y pinzas de patchwork.
- Pegamento textil (aunque al final apenas lo usé).
- Tira de madroños en color gris.
- Al comienzo pensé en poner algún tipo de entretela bajo la arpillera, pero simplifiqué al máximo y no lo hice (no quería que esto también acabara en desastre costuril 😂😂😂). En su lugar, me limité a cortar las dos telas respetando siempre la idea de que la de la base fuera de mayor tamaño, porque mi intención era que la tela del fondo sobresaliese por los cuatro lados de la arpillera, para dar algo más de luz al conjunto.
- Y sí, podría haber realizado un pequeño dobladillo por todo el contorno, pero para simplificar nuevamente solo hice dobladillo en los dos lados más cortos, y luego cosí ambos con costura recta. De todos modos, no descarto añadir dobladillo más adelante en los dos anchos.
- En general la realización, no fue nada complicada, pues ni me molesté en coser el proyecto del revés, para ahorrarme así el tener que dejar el consabido hueco para girar la pieza del derecho y luego rematar todo. Es decir, cosí todo del derecho. Con la arpillera más o menos centrada sobre la tela de la base, uní la más rústica a la base con una costura de falso overclock. Y es que este tipo de tela se deshilacha con una facilidad pasmosa. Lo más complicado en sí, fue precisamente evitar el deshilachado en la medida de lo posible, y apañarme con una pieza de tela tan grande, pues no estoy acostumbrada.
- Para unir los madroños al camino de mesa (solo los puse en los extremos más cortos) empleé por una parte el prensatelas para cremalleras, y por otra puntada en zig-zag (tengo poca experiencia en la costura, pero para estos casos esta puntada me suele dar mejores resultados que la recta). Como veis, dos truquis, que quizá os ayuden 😉.
- Lo último que coloqué fue la tira central de la cinta decorativa (a mí me recuerda a una enredadera). Probé a aplicar un poco de pegamento textil en los extremos para ayudarme a coserla sin que se desplazase, pero no me convenció y enseguida cambié de parecer colocándola con alfileres. ¡Viva el método tradicional! Y aquí os doy un tercer truquillo: se fija mejor si los colocáis en diagonal atravesando una hoja de cada lado como os muestro en la imagen. Por supuesto, en esta parte del proyecto empleé un color de hilo más adecuado, aunque no llega a ser del mismo tono que el de las hojas y se ve un poco. Además, como en el caso de los madroños usé también el prensatelas de cremalleras y puntada zig-zag.
Nos vemos, y por favor cuidaooooooooooooooooooooooos mucho. El Coronavirus no es para tomárselo a broma. Un besazo.
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