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Minimalismo aplicado: aficiones

Minimalismo aplicado: aficiones

Ser minimalista en ciertos aspectos es difícil. No diría que difícil en el sentido literal de la palabra (o a efectos prácticos y tangibles), pero difícil a nivel mental o abstracto. Y es que quieres necesitar menos a toda costa. Te acostumbras a no comprar porque no lo necesitas, a no utilizar cosas desechables a mansalva… y muchas veces cuando tienes que hacer algo que sientes como contradictorio, te sientes culpable. Y también crees que el mundo dejará de verte como un minimalista (porque la mayoría de gente no sabe exactamente en qué consiste ser minimalista y ya vimos que hay más cosas además del tema de no comprar). Así que hay que procurar no estresarse y centrarnos en lo que nos produce felicidad.

Para mí, una de las cosas más importantes que me ha permitido el minimalismo es el tener más tiempo libre para hacer las cosas que me gustan, al dejar de lado todo lo que realmente no era importante para mí. Y eso plantea otra cuestión: ¿Cómo afronta las aficiones y los gastos que conllevan un minimalista?

Mi principal afición es tejer. No sé si es la afición más cara que tengo, porque no vamos a engañarnos, cuando algo te gusta… tienes que hacer gasto sí o sí. A mí me encanta tejer y si pienso en el desembolso total que he ido haciendo desde que empecé hace 12 años, se me ponen los pelos de punta. Pero como hemos visto no todo es el dinero, está claro que tejer me aporta algo increíble que supera con creces todo lo que me haya podido gastar en agujas y lana. Así que para mí compensa. Y sí creo que hay una aproximación minimalista a esto de las aficiones. Por ejemplo:

Cuando empiezo un hobby nuevo…

No compro los materiales más caros que encuentro. Porque no sé si será una afición con la que seguiré, ni si será prioritaria para mí. Tampoco compro el material o los utensilios más baratos porque la calidad se nota. Así que es mejor que compres algo que se sitúe en un precio intermedio.

Mi primera toma de contacto es internet. Antes de comprar nada, miro en internet. Busco información sobre lo que quiero aprender, veo vídeos, etc. Me informo bien sobre lo que necesito aprender y cómo. Y muchas veces internet también es mi primera opción de aprendizaje, porque me resulta mucho más cómodo y fácil apuntarme a clases online que encontrarlas en mi ciudad (y tienen una ventaja muy grande frente a lo presencial: puedes acceder a la clase siempre que quieras, todas las veces que necesites, por lo que es una inversión ganadora).

Intento no sucumbir a la tentación de comprar todos los accesorios y herramientas. Porque sé que a todas nos pasa, que de repente se abre un nuevo mundo frente a nuestros ojos y que queremos comprar todo porque creemos que nos ayudará con nuestro nuevo hobby. Y luego no usamos ni la mitad.

Después de investigar, hago una lista y un presupuesto. Cuando ya sé qué necesito para empezar con buen pie, hago una lista de las cosas que tengo que comprar o buscar. Y también de lo que me van a costar y dónde voy a comprarlas. Si es un precio alto (como por ejemplo al comprar un nuevo longboard que es lo que me toca dentro de nada), empiezo a ahorrar. Parece mucho esfuerzo pero luego merece la pena hacerlo así en vez de ir a una tienda, gastar mucho dinero de golpe y descubrir un mes después que no vas a seguir con esa afición. El proceso de planificarlo y ahorrar el dinero inicial de los materiales te da una sensación de esfuerzo y te da tiempo para saber si es un capricho temporal o algo que de verdad deseas hacer.

Siguiendo estos principios, no he dejado de lado ningún nuevo hobby de los que he empezado desde que soy minimalista. Otra cosa que quería añadir, es que si por ejemplo quieres probar algo pero no estás segura de si será para ti, es cuando las clases presenciales entran en acción. ¿Te gustaría aprender a pintar con acuarelas pero no sabes si te gustará y no quieres invertir en todos los materiales? ¡Apúntate a una clase! Tendrás la ocasión de probarlo de primera mano y lo más normal es que los materiales estén incluidos. Además, descubrirás que muchas cosas que te gusta hacer no necesitas hacerlas constantemente y que las clases pueden ser una buena salida puntual a esa afición 🙂

Cuando ya tienes una afición y quieres mejorar…

En este punto es importante no acumular materiales. No amontonar ovillos, pinturas o cuadernos, porque eso es solo dinero cogiendo polvo. En serio, sé que todo eso vas a usarlo algún día (o eso crees, porque la realidad demuestra lo contrario), ¿pero de qué sirve tenerlo en una estantería durante años? Los productos de manualidades también se estropean, tus gustos cambian… es mejor ir comprando lo necesario para hacer dos o tres cosas que tener para hacer cien.

Si necesitas herramientas nuevas para tu afición, lo más probable es que tengas que hacer una inversión importante (mejor = más calidad = más coste de compra). Sigue los mismos pasos de hacer una lista y un presupuesto.

No compres nada nuevo hasta que hayas amortizado lo que tienes. Creo que esto está claro. Caemos en el error de pensar que lo estamos haciendo mal por culpa de los materiales o herramientas que tenemos, pensando que unos más caros nos harán ser mejores. Pero casi siempre el problema es que no dedicamos suficientes horas a practicar. Reduce esa ansia por comprar algo mejor dedicándole más tiempo a tu hobby.

No tires lo que ya no te sirva o se haya quedado anticuado. Recuerda que con esos materiales o herramientas aprendiste inicialmente tu nueva afición, así que puedes darles una segunda vida. Si vas a comprar nuevas herramientas, antes de nada, vende las que tienes ahora o regálalas. Comparte lo que tienes y deja que otra persona también pueda aprender algo nuevo. Cierra el ciclo. Todo ese esfuerzo de tener que buscar una nueva casa a tus materiales te hará valorarlos.

Junto a todo lo que ya he mencionado arriba, hay otro factor a tener en cuenta: el tiempo. No intentes aprender mil cosas a la vez, porque el tiempo es limitado. Y cuando empiezas con algo nuevo, hay una curva de aprendizaje, así que al principio tendrás que dedicarle más tiempo y esfuerzo.

Así es como llevo yo este aspecto en mi estilo de vida minimalista, ¿cómo lo hacéis vosotras?

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