Lavado de cara a una vieja Lámpara
La entrada de hoy es muy sencillita, la tarea que os muestro no tiene ninguna complicación pero quizá sí que os pueda empujar a mirar (si es que no lo hacéis ya) las cosas con otros ojos para darles una segunda oportunidad y por qué no, ahorrarnos unos eurillos que siempre viene bien!
El verano pasado los primos cambiaron de habitación en la casa del pueblo y tras una mano de pintura a las paredes y techos, compra de algún armario y litera, solo faltaba una lámpara de techo.
O no!!
La lámpara dorada que veis en la foto es la que estaba desde hace muchos años en esa estancia que ni siquiera cumplía la función de dormitorio. Entre que no encajaba con el nuevo mobiliario ni con los dueños actuales de la habitación y que no soy muy de dorados ( ya lo pudisteis comprobar aquí cuando rescaté un marco dándole otro acabado con pintura), lo primero que se pensó fue en retirarla y comprar una nueva más moderna
Aquí, cómo no, entra en acción mi Síndrome Diogenero y….
Las fotos son horribles, lo sé ya me podéis perdonar pero las hice un día un poco nubladate ( día perfecto para llevar a cabo la tarea, me gusta pintar pero en verano entre pintar o irme a la pisci….pues….), subida a la escalera, con mi móvil en una mano y la brocha en la otra pero….bueno quería mostraros el cambio porque es cierto que a veces ( por suerte cada vez menos) nos desprendemos de cosas que no nos hacen mucha gracia pero que dándoles unas vueltecillas….además de un buen servicio, nos pueden hasta gustar.
Todavía queda por ponerles las pantallitas pero….el resultado me gusta!
Y vosotros ¿soléis agarrar la brocha a la primera de cambio?
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