Inspiración nórdica
Si me seguís por Instagram ya sabréis (por mis fotos compulsivas) que hace una semana estuvimos en Copenhague. Desde que mi amiga Cristina se fue a vivir a Suecia y pude ir a visitarla siempre tuve ganas de conocer Dinamarca. La verdad es que lo países nórdicos tienen tanto encanto que es fácil querer volver :-).
Evidentemente no soy ninguna experta en Copenhague y no estoy para dar muchos consejos, la que sí es una experta y fue una estupenda anfitriona es Verónica (Iverina), así que si vais a visitar el país en breve, lo que tenéis que hacer es pasar por su blog!. Yo lo hice antes de ir y nos sirvió como estupenda guía de viajes.
Pero sí me apetecía hacer un par de post sobre inspiración nórdica. Sobre esa capacidad que tienen de conseguir que cuatro cosas conviertan cualquier estancia en especial. Además fue la primera vez que viajamos con Airbnb (habíamos viajado antes, pero a casas rurales y no es lo mismo) así que en vez de ir a un hotel decidimos alquilar un apartamento.
No seré yo la mayor fan de esta página, por ejemplo en Londres no nos atrevimos a utilizarla con las niñas, y siempre te da un poco de miedo que al final el dueño de la casa cancele la reserva, por no decir que los que vivimos en ciudades turísticas vivimos con el miedo de que nuestro casero haga cuentas y decida que son más rentables los turistas por día… pero en este tipo de países con interiores tan cuidados la verdad es que es entrar en la página y no saber con qué apartamento quedarte….
Y la verdad es que la experiencia no pudo ser mejor, no sólo estuvimos más cómodos que en un hotel sino que resultó que la buhardilla que alquilamos era tan acogedora que cada día estábamos deseando llegar y esto es la primera vez que nos pasa viajando 🙂
Así que como primer post «inspiración nórdica» os enseño las fotos de lo que fue nuestro (dulce) hogar durante una semana, y que sin duda es un gran ejemplo de decoración nórdica:
1. Pocos muebles y muy, muy escogidos (todavía me pregunto cómo consiguieron subirlos a un cuarto piso sin ascensor…)…
2. Suelos de madera sin tratar…
3. Ventanas amplias sin cortinas…
4. Paredes y tapicerías blancas… ya lo comentaba con Iverina, ¿porqué aquí somos (o hemos sido) tan fans del gotelé??
5. Mucho DIY…
5. Iluminación indirecta, prácticamente no teníamos ni una sola luz en el techo…
6. Esa capacidad innata que tienen para colocar los objetos y que resulten perfectos…
7. Y sobre todo, la sencillez, espacios cero recargados…
Así que ya os imaginaréis que nos costó salir de allí :-), la verdad es que repetiremos la experiencia, los hoteles están muy bien, pero lo de volver a casa y ver la vida de los vecinos en el patio (eso de no tener cortinas, me convierte en más cotilla que el protagonista de la ventana indiscreta)…
preparar unos macarrones caseros para cenar como si fuésemos una de esas familias de un catálogo de Ikea :-), jugar a montar las figuritas de Lego recién compradas, salir a disfrutar de uno de esos patios vecinales (¿porqué en España no existe este concepto??? jardines compartidos con espacio para columpios, barbacoas, garaje de bicicletas… ¿por qué los arquitectos o constructores aquí nos odian?? ))…
leer un rato, preparar las visitas del día siguiente…
o simplemente desayunar tranquilos en un sitio así no tiene precio. Os iré contando algún interior más que me dejó fascinada en el viaje, pero sin duda el apartamento tenía que ser el post número uno. Ahora, voy a ver si consigo olvidarme del gotelé de nuestro piso y podemos darle un toque más nórdico 🙂