DIY Memory Jar
Empiezo el año blogueril, «diyeando» mi «Memory Jar».
Bien, el mío no es bien, bien un «Memory Jar».
Es una rutina que me he hecho a mi manera, me ha enganchado, y me hace sentir bien.
Empecé en el 2018 (si te interesa el tema, puedes ver el post aquí), y ya no puedo empezar el año sin mi nuevo tarro.
Para el 2020, no sabía si redecorar el del año pasado, este,
ya que el tamaño era idóneo, o si hacer uno nuevo.
Finalmente, como el color azul que tiene me gusta mucho, decidí conservarlo para otros menesteres y hacer uno nuevo.
Tenía varias ideas para el nuevo modelo, y después de hacer un sondeo en Instagram a ver cuál de ellas inspiraba más, ganó la propuesta de decorarlo con rotuladores Sharpie.
Por si nos los conoces te diré que son americanos, y todo un fetiche para muchos ilustradores, dibujantes, diseñadores…
A mi me llamaron la atención por su extensa gama de colores, porque son permanentes, se secan muy rápido, y no son tóxicos.
Empecé pintando la cenefa de cuadros.
Al cabo de un minuto de pintar, ya tuve mi dos primeros aprendizajes de usarlos en cristal.
1 – Debes pintar bien a la primera, porque si repasas el color te llevas la tinta.
2 – Aunque son permanentes, si no te gusta como queda, con alcohol puedes borrar y volver a empezar.
Y justo esto último es lo que hice, borrar y empezar de nuevo.
Esta vez probé a ver si me agradaba más el resultado pintando con colores más suaves.
Y sí, me convenció el efecto.
Aunque como más chulo se ve es a contraluz.
A la tapa también le hice un pequeño tuneo.
Era blanca,
y justo para este proyecto quería que fuera plateada.
Le saqué el color con quitaesmalte para uñas, como hice con esta lata.
Para dejarla impoluta y reluciente, la limpié con alcohol, y con adhesivo de contacto, le pegué un pomo.
Ahora que ya estaba un poco más vestido, quería probar también, a ver qué tal se me daba escribir en el cristal.
Imprimí lo que quería poner, y lo calqué.
Y así, muy sencillito, simple, pero elegante, ya tengo listo mi nuevo frasco para empezar con mis notas.
Por cierto, además de reciclar el bote de cristal, el papel que uso para mis notas también es reciclado.
Guardo todas las hojas que son impresiones fallidas, o restos de ellas,
y las corto a una medida aproximada de 10 cm. x 6 cm.
Espero y deseo que hayas tenido una buenísima entrada de año.
Y que nos sigamos viendo por aquí.
Hasta pronto, un abrazo,
Anna