¡Cumplimos un año!
Sí, sí, parece que fue ayer cuando me senté por primera vez frente a este ordenador para escribir la primera entrada. Aún no sabía muy bien cómo acabaría este embrollo, y resulta que se ha convertido en una de las razones que me hacen sacar una sonrisa cada día pensando en lo que contaré, cómo lo haré y cómo quedará.
Parece que fue ayer cuando monté en mi pequeña barca a los que hoy componemos Queca Coqueta. Sólo nosotros sabemos que de ilusión también se vive: de ilusión por trabajar en un proyecto que no nos da beneficios económicos (de momento…), pero sí muchos emocionales. Quizá aquellos que tengáis un blog sabéis de qué os hablo.
De ilusión también se vive: de ilusión por trabajar en un proyecto que no nos da beneficios económicos, pero sí muchos emocionales.
Por aquel entonces no entendía que estaba firmando un compromiso con todos vosotros. El compromiso de hacer DIY y manualidades pensadas para que os llegaran y os gustaran. Un compromiso también de periodicidad que unas veces hemos cumplido mejor y otras peor, porque por desgracia esto no puede ocupar el cien por cien de nuestro día a día. Desde aquel día se han sucedido un montón de anécdotas que quizá merecerían un hueco en un making off de cada DIY.
Aquel 6 de octubre de 2014 me lancé a esta piscina sin mucho convencimiento, he de reconocerlo. Pero el tiempo empleado en este blog ha merecido la pena con creces. Y no hablo de seguidores ni de visitas, que también y os estoy infinitamente agradecida, sino de sentimientos, de emociones, y de haber descubierto este mundo 2.0 que ha abierto mi campo de visión de forma considerable.
Hemos ido poco a poco, haciendo los proyectos con cariño para que el resultado fuera lo mejor posible. Lo hemos tratado como un hijo que reclama tu atención continuamente. Porque aunque no publiquemos, nuestra mente no para de dar vueltas en busca de nuevas ideas y de cómo llevarlas a cabo.
Sí, podría asegurar que mi vida ha cambiado desde que me senté por primera vez frente a este ordenador para escribir la primera entrada.
Y sólo me arrepiento de una cosa: No haber empezado antes.
¡Gracias a todos los que estáis ahí! ¡Brindaremos por vosotros!