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Cómo almacenar las zapatillas de casa con dos cajas de fresas*

Hace tiempo que le estoy dando vueltas a la entrada de casa. Cuando la decoré hace años, lo hice con el corazón sin escuchar a mi cabeza, lo que explica por qué ahora tengo una mesa preciosa que sólo adorna, en lugar del zapatero que nos haría la vida más fácil.
Quiero conservarla y conseguir almacenaje a la vez, pero es imposible. Soy realista y sé que es cuestión de tiempo que tendré que deshacerme de ella. Pero gracias a Miarco y a un nuevo Desafío Handbox, puedo alargar su tiempo con nosotros un poco más.
Porque se me ha ocurrido cómo conseguir un poco de almacenaje, haciendo un zapatero DIY para las zapatillas de andar por casa, reciclando dos cajas de fresas:
El reto consistía en utilizar cintas de papel de arroz, tacos de lija y papel con cinta. Justo lo que necesitaba para lijar las cajas, marcar las partes que no iba a pintar y proteger la zona (la mesa y los azulejos de la cocina), para no manchar nada:
 

Hacer una caja a partir de dos de fresas es sencillo. Esta es la tercera que hago, antes probé con la de estrella (aquí) y la de corazón (aquí).
A una de ellas le quité la base y luego las pegué una encima de otra con cola blanca/de carpintero. Una vez seca, las lijé con el taco de lija de grano grueso para preparar la superficie antes de pintar:
A continuación, protegí las partes que irían en otro color con la cinta de papel de arroz (por cierto, gran alegría al descubrir que no se queda pegada al desenrollarla como hacen otras):
No sólo protegí de la pintura partes de la caja. Aprovechando que tenía papel con cinta, tapé la mesa y los azulejos de la cocina. Otro descubrimiento, porque pega muy bien y es resistente.
Le dí dos manos de chalk paint color crema, y entre cada una lijé la superficie con el taco de lija fina:
Para pintar las hojas de helechos hice un patrón recortando con un cúter la silueta en un trozo de cartón. Utilicé pintura en spray en dos tonos de verde (aunque en las fotos uno se ve gris) y la apliqué dando pasadas cortas, hasta quedar pintadas por completo: 
También se me ocurrió que podía aprovechar los tacos de las esquinas que sobresalen por encima, para pegarlos en la base con cola y hacerle unas patitas que quedan muy graciosas: 
Para que destacasen, las pinté con el mismo tono de chalk paint que utilicé en las de la estantería que personalicé para #laniña (aquí):
Este es el resultado final. La caja y la mesa se pegan un poco, pero al menos me permite quitar de la cabeza el tema de dónde tener las zapatillas de andar por casa cerca de la entrada, para no cruzar toda la casa con el calzado de la calle hasta el armario donde lo guardamos:

Mi experiencia utilizando los productos de este fabricante ha sido muy buena. La cinta de papel de arroz me ha gustado porque además de ser resistente, no se queda pegada ni se acaba rompiendo al despegarla del rollo, como me ocurre con otras que uso. 
Los tacos de lija son cómodos de utilizar y al tener diferentes grosores, puedes dar varios acabados a tus DIY. 
Y el papel con cinta ha sido un gran descubrimiento porque yo solía proteger las paredes con papeles de periódico pegados con celo, lo que era muy incómodo porque se despegaban con el peso, quedaban zonas sin cubrir, etc.
Ahora sólo espero no tener que ejecutar mi amenaza y pedirle a mi madre los trapos que tenía en casa cuando era pequeña, para patinar andar por el parquet.
* Post patrocinado por Miarco.

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