Zara Home y la Magdalena de Proust
Una de mis adicciones confesables son las rebajas de Zara Home. Me encanta el estilo que tiene y me llevaría media tienda casi siempre, así que en rebajas no puedo resistirme y reviso la web casi una vez al día buscando «tesoros». Por eso en Enero y Febrero casi cada semana tengo una caja de Zara Home en casa :-). Esta semana ya con la última (eso creo.. ), al tirar las cintas con las que vienen precintada, igual que Proust con su magdalena, recordé una época de mi infancia en la que se pusieron de moda los yo-yos hechos en casa con estas cintas. Recuerdo que fue una de esas modas fugaces como las pulseras de gomas de mis hijas del año pasado, pero que en aquel momento si no tenías tu yo-yo de cinta, no eras nadie.
Así que de repente vi las cintas, a mis hijas y por supuesto tenía que intentarlo. Afortunadamente también recordaba cómo mi madre los había hecho, así que si queréis vivir este revival de los años 80 y tenéis unas cintas de embalar en casa, corred a buscarlas, que en 10 minutos tenéis listos los yo-yos.
Y si no tenéis cintas, preguntad en el súper o en cualquier tienda cerca que tendrán muchas para tirar de los paquetes que les llegan.
Lo primero es enroscar las cintas bien apretadas y unirlas con celo (yo juraría que mi madre usó un cordel, pero yo tenía celo y funcionó…).
Una vez unidos, se ponen a cocer en unos minutos y ahí se quedan en el agua hasta que enfríen.
Una vez fríos, quitamos el celo y ya se pueden usar. ¿Os acordáis? sólo hay que engancharlos en el dedo por el centro y lanzarlos lo más fuerte posible, si ya le das a alguien en la cabeza, mucho mejor :-).
No me puedo imaginar a quién se le ocurrió cocer cintas la primera vez, ni cómo llegó a ponerse de moda (y pasarse enseguida) cuando era pequeña, pero estos días nos han servido de entretenimiento y de paso he dejado a mis hijas con la boca abierta (ni de broma se creían que de aquellas cintas podría salir un juguete…).
Me ha hecho mucha, mucha ilusión recuperar este juguete tan tonto y tan simple, de verdad que me he llevado una alegría al ver que funcionaba. Eso sí, cuanto más grande sea la cinta, mucho más divertido, así que buscaremos alguna más ahora que le hemos vuelto a coger la gracia :-).