VEROÑO
¡¡¡Madre mía!!! ¿Cuanto tiempo ha pasado ya? La última entrada es de hace ya unos 7 meses y, la verdad, ya os echaba de menos. Como ya dije, volvería cuando la situación (mi hija) me lo permitiera y sin prisas en las publicaciones. Que escriba hoy no quiere decir que la semana que viene lo vuelva a hacer; ojalá, pero no prometo nada.
Y, como no podía ser de otra manera, mi primera publicación después de tanto tiempo tiene que ver con mi hija y su «nueva» vida. ¿Como que nueva? Bueno, ha empezado la guardería y la mama trabaja mucho y sin horario fijo, así que es una nueva andanza para ella e intentamos llevarlo lo mejor posible en la família.
Como os digo ya va a la «guarde» y, la mayoría de vosotros, ya sabeis que significa eso, a parte de adaptaciones, llanteras, etiquetar ropa… El colegio suele pedir la colaboración de los padres para muchas cosas, llevar y preparar en casa. Y lo primero que ha querido celebrar el cuerpo educativo es ¡¡¡EL OTOÑO!!! Tan sólo debiamos llevar algunas hojas, piñas y elementos naturales a clase pero, en ocasiones, las cosas no van como uno quiere…
Salimos una tarde a buscar hojas y piñas, la zona en la que vivimos invita a ello y lo tenemos bastante fácil, pero de todo lo que cogimos no llegó a casa ni la mitad. Otro inconveniente es que el otoño no ha llegado del todo, así que hojas por el suelo pocas. A los pocos días llovió como si no hubiera un mañana y las pocas hojas del suelo estaban que daban pena (o asco…), estaban mojadas y rotas y no eran bonitas para llevar a clase.
Visto lo visto, y como no me gusta complicarme la vida (sarcasmos, sarcasmo, sarcasmo…) me lié a hacer unas hojas de otoño a ganchillo. Siguiendo un tutorial de YouTube, no os penseis, que a mí estas cosas no se me dan nada bien. Pero la verdad es que para ser las primeras que hago estoy muy orgullosa de mi trabajo. Pretendía hacer una por niño de la clase, pero antes llega la primavera de que yo acabe, teniendo en cuenta el poco tiempo libre que me queda.
El resto de cosas han sido fáciles. Un cesto que tenía por casa y hojas y plantas varias del jardín de mis padres. Algunos frutos secos como nueces, castañas, avellanas… ¡¡¡Y listo!!!! Después de tanto tiempo buscando «el momento» y resulta que en menos de media hora estaba terminada.
Una bonita cesta para que la disfrute mi niña y el resto de sus compañeros de clase. Ahora está muy bien montadita, pero tengo cuello abajo que terminará desmontada y tirada por toda la clase, espero que se lo pasen bien haciendolo.