Snail mail veraniego en invierno
La temática de un snail mail no tiene porqué estar ligada a las fechas en las que se envíe. Aquí te muestro un correo bien bonito que su destinataria recibió como un rayo de luz en días grises.
Abrir un snail mail puede salvarte de el día. Al menos a mi me ha pasado y lo tengo muy en mente cuando preparo uno. Tan a fuego lento lo preparo y tanto cariño le pongo que a veces tardo más de la cuenta en preparar un correo bonito. Cuanto más tardo, más bonito quiero que sea. ¡Es un círculo vicioso!
Esto mismo me pasó con el que preparé para una gran scrapbooker, pero sobre todo una bellísima persona con la que tuve la suerte de compartir DT en Anita y su mundo, Sheila del blog Beauty Peonia Crafts.
Para crear este correo usé uno de los kits de Citrus Twist Kits que compré durante el taller de Paige Evans al que tuve la suerte de asistir en La Sonrisa Creativa el pasado junio. La verdad es que era precioso y prácticamente todo el material que usé pertenecía a este kit. Me gustaron especialmente las pegatinas puffy que parece que están incluidas en muchas de las nuevas colecciones que se presentaran en breve en el CHA. ¡Yeah!
Os muestro en la siguiente foto una vista general del contenido del sobre. Como veis, se trataba de una colección preciosa.
En cuanto al sobre, lo decoré muy clean & simple con un poco de washi tape, algunos die cuts, papel decorado, un abecedario y algunas stickers.
Una de las cosas que más me gusta hacer en los snail mail son tags. Me resultó sencillísimo con este kit. En la siguiente imagen podéis ver como con, literalmente, cuatro cosas tenemos un etiqueta la mar de mona.
En cuanto, a lo regalos que envié a Sheila, quise hacerle algo que pudiera llevar encima y que cada vez que lo viera se acordara de este correo. Así que pensé en crearle una libretita del tipo caja de cerillas para que pudiera llevar a diario en el bolso y anotar pequeñas cosas. ¿Qué os parece?
También le incluí este set de sellos de silicona que pensé que podrían venirle bien, especialmente para un planner. Los pegué sobre un papel decorado y listo.
Por supuesto, no faltaron las chuches escraperas que tanto nos gustan. Le mandé varios die cuts y algunas figuritas de corcho. Para ello, metí todo en un sobre que también decoré.
No podían faltar unos algunos de mi washi tapes favoritos, que tan fácil y resultón queda enviar en un tag.
Por último, así quedó todo empaquetado para que llegara a manos de su destinataria. Tengo entendido que lo disfrutó mucho y le recordó que para que haya primavera primero tiene que haber invierno.
¿Os habéis animado con el snail mail? Si todavía no sabéis por dónde empezar, podéis visitar el post que escribí para Anita y su mundo pinchando aquí. En él hago una aproximación muy completa a este mundillo.
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