Septiembre OP2013: irse de casa

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Desde que nacieron mis hijos, me sobran los dedos de una mano para contar las veces que durmieron FUERA DE CASA. Lo he evitado al máximo (llámale protección, sobreprotección o egoísmo). Yo pienso que no lo necesité ni me hizo falta echar mano de la familia. Así fue que este verano, cuando Héctor quiso dormir con su prima, me dijo dónde estaba su maleta. Eso fue porque la última vez, a casa de los abuelos, se llevó el neceser rígido que viene con el juego de maletas y se lo agenció como tal. Entonces Olivia, que es un espejito de su hermano, me pidió su MALETA. Y aunque sabía que ella no trasnochaba fuera, le di una mochila con ruedas olvidada que paseó por toda la casa. Menudo invento! La tiene aparcada y de vez en cuando aparece en el salón o la cocina diciendo que se va con su maleta.

Así que cuando el mes pasado ojeé la revista Burda, me paré en la maleta tan bonita y tan fácil (eso ponía) que aparecía en el sumario. Me dije, en cuanto tenga un rato (de esos que nunca aparecen) la hago. Y ahí quedó eso hasta que leí el reto de este mes para el evento que sigo desde su inicio: Once Proyectos para 2013. En esta ocasión la costura se basaba en objetos necesarios para la VUELTA AL COLE. Y no me lo pensé. Ya sé que los niños no van con una maleta al cole, pero con esta fijo que van a cualquier lado. Tiene el tamaño ideal para ellos y se abre y cierra sin ninguna dificultad y no tengo más que preguntarles a ellos para qué la usarían. En cuanto me den respuestas os doy todas las utilidades posibles.

Deciros que aunque el resultado me dejó satisfecha, no fue así con el proceso. Lo de “FÁCIL” se quedó corto, pero al revés. Le faltaban circulitos en el nivel de las instrucciones, porque maldije a algún burdaliense más de una vez. Por no decir que hablaba sola después de cada párrafo para volver a releerlo, porque era como si leyese mandarín. En fín, la cuestión es que salió. Prueba de ello son las miles de fotos del proceso, que ya estoy acostumbrada a documentar. Lo bueno de esta pieza es que posibilita mil combinaciones, usando retales guardados. En mi caso, la tela principal de las tapas es de Nube de Tela, de nuestra amiga bloguera Sonia Fonseca (preciosa! y gracias!), que conservé para una buena ocasión. La combiné con dots blancos sobre fondo rojo y como forro interior un algodón naranja.

Las siguientes imágenes, ya del acabado, son la prueba de que la persistencia tiene resultado: