Restaurando un Taquillon
Como lo iba a pintar y lijar en casa, protegí bien el suelo con papel Nerpel de doble encintado, que tiene una resistencia increíble. Todo el tiempo que he estado trabajando con el taquillón, he tenido puesto el mismo papel: ha caído pintura, polvo, agua… hasta el aspirador he pasado un montón de veces por encima de él y lo he limpiado con una bayeta húmeda. Aguanta todo.
Mi madre tenía clarísimo que quería su taquillón en un verde antiguo, y por otra parte yo quería un acabado un poquito desgastado. Hubiera podido utilizar el color de base que ya tenía el mueble, pero al haberlo lijado tanto por algunas zonas, preferí volver a pintarlo para dejarlo todo uniforme. El tono que elegí fue el blanco antiguo de la chalk paint de Xylazel.
He pintado prácticamente el mueble entero con rodillo, excepto las molduras y relieves. Con dos manos ha quedado perfectamente cubierto.
Mi intención era pintar puertas y cajones completos en verde y después desgastarlos, insistiendo en las molduras y rosetones, de forma que se viese bastante el tono claro en ellos. El caso es que una querida amiga, Gracia, del blog Ideas con Gracia, me enseñó unas fotos de un mueble también con molduras en las puertas que habían restaurado en su taller, pintándolas completamente (no únicamente desgastadas) de un tono distinto al de las propias puertas. Me pareció una verdadera preciosidad… pero también algo muy difícil de hacer sin un pulso extraordinario.
Pero «me piqué«, claro. Así que me dediqué a tapar completamente las molduras y los relieves, que parece una tontería pero no es nada fácil. Al menos, requiere muchísima paciencia, de la que yo ando escasa jajaja.
En lugar de cinta de carrocero tradicional, utilicé cinta washi especial para este tipo de trabajos. Es más flexible, por lo que permite hacer giros con más facilidad, y lo mejor es que es resistente pero no daña la pintura en absoluto al retirarla.
Aquí os muestro las puertas ya pintadas en chalk paint verde laurel también de Xylazel y las molduras en blanco antiguo.
El mismo procedimiento con los cajones.
El interior, por supuesto bien limpio y pintado.
En cuanto a los tiradores, os podéis imaginar cómo estaban de sucios:
Primero los fregué bien con agua caliente y jabón. Ya se podía apreciar la diferencia entre uno y otro.
Después, lana de acero. Es milagrosa, quedaron relucientes!
Dejamos secar la tela sin escurrir y planchamos protegiendo con papel vegetal.
Y a pegar!
Ya no podía retrasarlo más… tenía que buscar una solución a esto:
Y a esto:
Se me da fatal, pero con un poquito de pasta de modelar, traté de reproducir los dos trocitos que faltaban.
Una vez secas las piezas, las coloqué en su lugar, fijándolas bien con un poquito de cola y cubriendo la unión con la misma pasta. Un poquito de pintura y listos.
Sé que no están perfectos, pero de lejos ni se nota jajjaja.
Os voy enseñando el resultado.
Y ahora que habéis visto lo estupenda que es la lana de acero para abrillantar y dejar como nuevos tiradores viejos, voy yo y los «mancho» de pintura jajaja. Limpiarlos era necesario, no los iba a pintar con tanta suciedad debajo, pero me gustan mucho más integrados de esta forma en el mueble. Un poquito de la misma pintura aplicada a pincel seco.
El estante interior también lo he forrado con tela, hay que cuidar bien los acabados… ahora va y dice mi madre que le da pena guardar cosas en el mueble…
Un mueble que ha requerido bastante trabajo, pero que ha merecido la pena porque a su dueña le ha encantado, que era el objetivo. Espero que os guste.
Un viernes más, me sumo al Finde Frugal de Marcela. Os esperamos!