Desde que me he mudado no ha dejado de venir gente a vernos y yo estoy encantada. Para los que vivimos lejos del nido, siempre es un placer tener familiares y amigos unos días en casa. Así que he dedicado una habitación solo para invitados. Nada de invitados/plancha, invitados/vestidor, invitados/trastos, invitados/lacosaesadehacerejercicio. Una habitación de invitados con armario empotrado y todo.
Pero no tengo muebles para la susodicha, una cama y poco más.
Ilusa de mi, pensaba lograr algo decente para cuando viniera la primera visita. Pero sin saber muy bien cómo han pasado casi seis meses, y he avanzado menos de lo que quisiera. ¡Ay las mudanzas! Te salen las cosas por dónde menos te lo esperas y las prioridades cambian cada semana… un momento… no, no es la mudanza, es mi vida en general.
Ahora tengo unos días libres por delante y un desafío entre manos de las chicas de Handbox con Miarco. Como no podía ser menos ¡vamos a dar otro paso para lograr la habitación de invitados perfecta!
La cama tiene cajones, así que para poder abrir con comodidad no quería poner una mesita de noche delante. Pero me parece muy cómodo tener algo al lado de la cama. Además en este tipo de habitación van genial los muebles polivalentes. Así que lo que puse fue un taburete vs mesita de noche, que la verdad, daba pena verlo.
La víctima
Se trata de la versión anterior a la versión anterior de los taburetes “Marius”. Tenían una especie de textura de piel de reptil (nadie comprende porqué). Además lo he usado mil y una veces en reformas, de escalera y de todo lo que se me ha ocurrido. Porque feos es, pero resistente también. Total, que además de la parte de arriba reptiliana, tiene pintura y restos de cinta adhesiva. Muy cool todo.
Los Materiales
Lija de grano medio y grueso de Miarco
Washitape en dos grosores de Miarco (esto del washi me dejó loca, en los pasos te lo explico)
Papel con cinta de Miarco
Un recorte de madera
Pinturas (utilicé en spray y de pincel, si os interesa algún color en particular me lo podéis preguntar en los comentarios y os digo cual es cual)
4 tornillos de madera
Los pasos
En primer lugar desmonté el taburete.
Limpié bien las patas y puse washitape en la parte que no quería pintar (en este caso la goma negra de abajo).
Yo creía que era cinta de pintor. Pero resulta que nos explicaron que es ¡papel de arroz! wa, significa “japonés” y shi “papel” así que WaShiTape, es “cinta de papel japonés”. ¿Cómo te quedas? Locatis, me quedé yo.
Aunque se utiliza como cinta la cinta de pintor convencional, es más fina y más precisa. Yo, que sabéis que no soy muy fan de la cinta de pintor, tengo que confesar que mientras hacía el taburete estaba pintando el salón (si me sigues por Instagram seguro que viste el proceso) ¡y la usé para la chimenea y la puerta del jardín! No me reconozco.
Una vez protegida la parte de la goma, le di varias manos de spray blanco a las patas.
Cuando estaba seco hice un degradado con azul de abajo arriba.
Para la nueva parte de arriba, recorté un hexágono de madera con la sierra de calar.
A continuación le di con la lima para igualar los bordes y finalmente con las dos lijas. La de grano grueso para eliminar astillas y terminar de igualar y la de grano medio para dejar la madera preparada para pintar.
Pinté el hexágono de blanco y una vez seco lo atornillé de nuevo a las patas. Quise hacerlo antes de continuar, para evitar rozar la pintura una vez que estuviera terminado.
Ahora llega el momento de la verdad.
Puse la cinta con papel para proteger las patas y para reservar la parte que no quería pintar. Se pega muy bien y cubría más de lo que pensaba, así que con un solo trozo me llegó para cubrir la mitad del hexágono.
¡y a pintar!
Un truco para hacer los bordes perfectos es dar una primera pasada con el color que ya hay (en este caso blanco). Así, si hubiera alguna pequeña burbuja, se llenaría con el blanco y no se nos colaría el siguen color. También es conveniente huir de las pinturas a pincel demasiado líquidas.
Una vez que la pintura está seca al tacto retiramos la cinta ¡y a emocionarse! Nunca, nunca, me había quedado en mi vida una línea tan bien hecha. Va en serio, llamé a mi churri y todo, para que contemplara mi obra.
Luego continué: esperar que seque – poner cinta – pintar con el color base – pintar con el color definitivo – esperar que seque al tacto – retirar cinta. Hasta que completé los tres colores. Lo más importante en este paso es asegurarse de que la pintura está bien seca antes de pegarle la cinta encima.
Para terminar vamos a usar la cinta más delgada para hacer un cebreado.
¡Y ya está! Ahora sí tengo un taburete-mesita decente y un pasito más en la habitación de invitados.
Si te ha gustado el taburete renovado, no te pierdas el antes y después de una silla amarilla. Además, te recuerdo que este post pertenece a un desafío, si quieres ver más ideas con los materiales de Miarco las encuentras con el #desafiolaboratorioMIARCO.
¿Qué te parece el cambio? Yo estoy encantada, y todavía me quedan unos cuantos taburetes más…
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