Si algo me hace ilusión es regalar.
Y más ilusión aún a un bebé recién nacido. Y cuando la mamá es crafter como yo, mola más aún, porque valoran muy mucho el regalo en sí, aunque sea un detallito.
Y es que hace algún tiempo me hice esto mismo para mí, y cuando nacieron las peques de mis amigas Ana y Mary, lo tuve súper claro.
Para la habitación de cualquier niño o niña queda súper chulo. Lo puedes combinar con los colores que más te gusten, los preferidos del niño (si ya sabe cuál es), con la deco del cuarto… En fin, que queda genial sea como sea.
Para ello necesitas:
- Un cuadro canvas en blanco.
- Washi tape variado.
- Fabric tape.
- Una letra de madera blanca.
- Pintura acrílica.
- Silicona fría o caliente.
- Cola branca y pincel.
- Regla.
Lo primero es «empapelar» el cuadro con washi tape. Elige la combinación que más te guste y pega las tiras hasta que esté cubierto del todo.
Te recomiendo que no empieces por el borde de arriba o de abajo. Ayúdate de una regla para pegar la primera tira (que quede bien recta). Y recuerda dejar sobrantes a ambos lados.
Los extremos que quedan por detrás, pégalos bien. Y si es necesario, ayúdate con cola blanca. Así se fijarán seguro.
Para rematar la composición, pega una tira de otro washi o de fabric tape en vertical. Yo elijo siempre el fabric tape, porque así cambia la textura.
La letra de madera, si la compras blanca, puede quedar perfecta en el marco.
En este caso yo decidí pintar la parte superior combinando dos colores: rosa y gris.
Cuando la letra esté seca, se pega en el lado más ancho que ha quedado.
Ya está listo el cuadro para presidir la habitación del pichón.
En serio os digo que es muy fácil (se ve). Y que queda precioso en cualquier pared.
Si te animas a hacerlo, no te olvides de contármelo.
La semana que viene os enseño otro regalito handmade que les hice a mis dos sobris 2.0.
Mary ya lo tienen colocado en la habitación de la peque. Puedes verlo aquí.
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