Lo que me ha costado ponerle título a esta entrada! Os presento un material nuevo, por lo menos, desconocido por mi hasta el momento. Es una pasta flexible, maleable como la plastilina, pero más ligera, que al secarse al aire, endurece, pero rebota en el suelo. Existe la marca principal, pero yo la compré en mi bazar de confianza.
No sabía que nombre ponerle a la entrada, porque no sabía si referirme solo a la pasta, a la bisutería, collar, pulsera, chucherías, nubes, malvaviscos, marshmallows…
He querido probarlo con algo sencillo. Y se me ocurrió que hace poco, una firma de moda sacó bisutería con dulces de colorines, esa idea se me quedó en la cabeza, y ahora ha florecido.
Pocos materiales se necesitan para el proceso:
Pasta flexible blanca y rosa
Cutter
Cadena
Ojitos de plástico
Arandelas
Alicates
Mezcla casi toda la pasta blanca, con un poco de la masa rosa,
para conseguir un tono muy claro, propio de las esponjitas dulces.
Aplasta la la pasta rosa con un rodillo o un vaso de tubo.
Con la pasta blanca, haces una rosquilla larga.
Envuelve la rosquilla blanca con la pasta rosa
y dale un poco con la mano sobre la mesa para unir bien las dos pastas.
Corta porciones con un cutter bien afilado, cuchillo o cutter rotatorio.
Yo he doblado con los alicates palitos para hacer pendientes
y los he introducido dentro de la pasta.
Ahora ponle los ojitos, presionando un poco con los dedos o con unas pinzas.
Deja secar al aire.
Con unas arandelas y la ayuda de los alicates,
ya puedes montar los abalorios en la cadena.
Me parece un resultado muy graciosillo. Pero con esto, solo quería mostraros y enseñaros este material para que deis rienda suelta a vuestra imaginación.
Este material es no tóxico, por lo que lo hace inofensivo para los niños.
Aunque si nosotros no nos comiamos la plastilina de pequeños, ellos tampoco. ¿Por qué no la habéis probado, verdad?