Lo mio con las galletas es demasiado. Me encanta comerlas, pero también hornearlas y por supuesto el olor que queda en casa después de hacerlas. Y confieso que hago muchas, demasiadas ☺, y para evitar comérmelas todas suelo regalarlas a mi familia y amigos. Y eso fue lo que hice con estas galletas, utilizando un tarro de cristal que tenía en casa y que me pareció perfecto para usarlo como packaging:
Para hacer este packaging utilicé:
– Un tarro de cristal con tapa:
– Cartulinas estampadas.
– Cinta de doble cara.
– Un trozo de cordel en tono natural.
Y el paso a paso es muy sencillo (vamos, que viendo la foto no necesita mucha explicación):
– En primer lugar troquelamos (o recortamos con tijeras) un círculo de diámetro igual o inferior a la tapa, y lo pegamos con cinta de doble cara.
– A continuación troquelamos dos flores de distinto tamaño (que usaremos como etiqueta) y las sujetamos al tarro usando un cordel fino.
– Finalmente introducimos las galletas y cerramos el bote.
Notas:
– Esta idea es válida para regalar otras cosas comestibles (golosinas, bombones…) e incluso otros objetos pequeños (washitapes, elementos de scrap…).
– Aseguraos de que el tamaño de las galletas es inferior al diámetro del tarro, ya que si no no podréis meterlas una vez horneadas.
– Si la persona que va a recibir las galletas es aficionada a la repostería, podéis incluir una etiqueta con la receta de las galletas, por si se anima a hacerlas en otra ocasión.
– La receta que usé es ésta, pero podéis utilizar la de vuestras galletas preferidas.
– Si queréis ver otra idea para regalar galletas, podéis echar un vistazo a esta lata o a estos cake pops.
Como veis es una idea sencilla y muy simple, pero que convierte unas galletas en un obsequio especial. Y seguro que la persona que las recibe agradece el gesto. 🙂
Nos vemos el miércoles con una nueva entrada, el último diy antes de ponernos en modo navideño.