Noviembre OP2013: princesa jeans

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He de reconocer que ante el tema de este mes para Once Proyectos me quedé bastante tiempo en blanco. Lo del RECICLAJE no acababa de encajarlo y aunque en prendas infantiles hay más de un motivo, siempre me quedaba con los arreglos básicos de aumenta-disminuye talla, baja-sube basta, tunea la prenda con lazos y pasamanería por aquí y por allá…

En fin, que esperé a que las musas me inspirasen para hacer algo original. Entonces fue cuando encontré esta imagen en mi recorrido mañanero de domingo por Pinterest y me dije “open your mind”, para no caer en una mera copia. La base la tenía, una falda vaquera con PETO que ya quedaba corta y más que falda, era un cinturón. Lo que faltaba era la tela que abriese mi mente, y eso fue un flechazo a primera vista!

Y con ese flechazo me quedé desde que la compré hasta que le vestí la prenda por primera vez a Olivia. Yo ya le había avisado que era un vestido de princesa, pero cuando lo vio, la pregunta obligada fue: ¿qué princesa es esta mami? No se me ocurrió otra cosa que bautizarla con semejante nombre: JEANS. Otro día os cuento la historia de esta princesa (acabábamos de llegar de Disneyland y estaba yo muy inspirada).

Os cuento en un plis-plas cómo monté esta prenda, con el siguiente TUTORIAL.

Primero de todo, listado de materiales:

1. Una falda vaquera que haya quedado corta pero con el suficiente ancho de cintura y cadera para que le siga valiendo a la princesa. En mi caso una falda con peto de la talla 18-24 meses que le sienta de maravilla.

2. Una tela que te haga tilín, eso sí, con un poco de cuerpo, transparencia y color que anime unos jeans. En mi caso una organza o muselina, de todo menos natural, con cantidad de apresto y un cierto brillo de princesa, por supuesto.

Tijeras en mano, descose y corta la falda reservando las dos piezas delantera y trasera. En mi caso el límite coincidía con la costura que marcaba el ancho de cadera.

Vamos con la nueva falda. En este caso no desprecié nada, usé toda la tela en el momento del corte. La intención era conseguir cuatro tiras de igual ancho (dos para delantero y dos para espalda). Todas las tiras fueron remalladas en sus largos por los dos márgenes (en blanco).

Lo siguiente fue fruncir por uno de los largos las cuatro tiras y adaptarlas 2 y 2 al ancho de delantero y espalda. Una vez confirmadas las medidas, realicé un pespunte continuo con cada dos tiras, dejando 1cm de distancia del margen. Este efecto que daba el frunce con el borde remallado me pareció perfecto.

Por eso decidí que nada de ocultar los márgenes bajo la tela vaquera. Serían muy vistosos si se presentaban por el derecho, eso sí abriéndolos, en el momento de unir la falda al vaquero. Para ello realicé una costura con hilo torzal de color marrón entre los dos márgenes. Este hilo es muy fuerte y grueso, y se usa precisamente en las costuras de vaqueros a la vista. En este caso coloqué el torzal en el hilo y la canilla siguió siendo blanca.

Cada pieza se cosió por separado, para luego unir los costados separando siempre la falda superior de la inferior. Esto fue lo más fácil, mediante una costura remallada uní los cuatro altos de la falda. Y a renglón seguido se lo probé al maniquí. Mi impresión, después de lo sencillo que resultó, no pudo ser mejor!