Mi Experiencia “Corte de Oro”

¡Buenas tardes!

¿Qué tal lleváis este día lluvioso? A la gente no le suele gustar la lluvia, pero a mí me parece que es un día perfecto para la costura. ¿Qué opináis? Bueno, voy a lo que voy, que me enredo enseguida?

Supongo que recordaréis aquel post que escribí sobre el Sistema Lutterloh, también conocido como Corte de Oro, ¿no? Pues he decidido contaros qué tal me fue con este sistema.

Esto lo decidí a raíz de ver la variedad de comentarios que recibí en el post: Gente que no lo había probado y desconfiaba, gente que estaba interesada, gente a la que no le gustó… Así que voy a contar mi experiencia para que la gente indecisa decida si quiere probarlo o no. Y, quizá, para que a la gente que no le gustó, vuelva a intentarlo.

Decidí empezar a usar éste método para confeccionar una blusa. ¿Por qué? Porque para mí siempre había sido muy complicado realizar el patrón de esta prenda y confeccionarla, así que fui a lo “difícil” según mi experiencia. El modelo que elegí es el que os muestro a continuación.

Es un modelo relativamente sencillo y para empezar me convenció. Realicé los patrones tal y como indica el sistema. He de reconocer que, la primera vez que te pones, parece un poco complicado, pero se le coge el truco enseguida. Hay que ser muy cuidadoso para que no se nos mueva el patrón y los puntos queden en su sitio.

¿Por qué os digo esto? Porque a mí se me olvidó pegar con celo el patrón al papel. Y se me empezó a mover y los puntos se me desperdigaron de mala manera. Pero bueno, era lógico que a la primera no saliera bien, si no, ¡menuda genia!?

En fin, a la segunda salió todo rodado. Los puntos quedaban en su sitio y los patrones parecían coincidir. Esto lo comprobé a ojo, poniéndome el papel de patrón por encima del cuerpo. Y como me convenció, saqué la tela y empecé a trabajar.

¡Por cierto! Casi se me olvida algo muy importante: Recordad trasladar al patrón las marcas que os ponen en el original. Me refiero a esto:

Aquí es donde se matiza dónde tenemos que hacer los pliegues y dónde situaremos el cierre.

ACLARACIÓN: Lo bueno de este sistema es que te permite adaptar el patrón como tú quieras. Yo, por ejemplo, no le puse ningún tipo de cierre. Simplemente se mete la blusa por la cabeza y listo.

Una vez aclarado esto, se procede a confeccionar como con cualquier patrón. Ponemos la tela doble, ponemos los patrones y fijamos con alfileres.

Marcamos la línea con tiza (recordad marcar pliegues y cierre, si es que lo queréis), y recortamos dejando el margen de costura correspondiente. En la parte inferior, dejamos unos 4 cm para hacer el dobladillo de la blusa.

Ahora ya sabéis, viene lo de siempre: Montar las piezas. Hilvanamos los laterales y sujetamos con alfileres lo que serán después los pliegues. Nos lo probamos y si nos queda bien… ¡A la máquina!

A continuación, os voy a mostrar cómo me quedó a mí. Os aviso de que, a causa del ansia que me caracteriza, no llegué a rematar en condiciones escote y mangas. De hecho, ni siquiera hice el bajo de la blusa?

Pero estoy segura de que os va a gustar el resultado y que las personas a las que os fue mal, os va a picar la curiosidad y lo vais a volver a intentar. Os dejo con el resultado?

¿Os gusta? Espero que me contéis vuestra opinión, y que os animéis a probarlo. Y que si lo probáis, ¡me contéis vuestra experiencia “Corte de Oro”! Con fotos incluidas?

Hasta aquí mi post de hoy. Tenía ganas de publicar algo hecho por mí, porque no tengo mucho tiempo para confeccionar. Intentaré sacar mas tiempo para enseñaros cositas “made by me”

Nos leemos en el próximo post.

¡Besitos!❤

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