Libro de firmas y recuerdos para Comunión y Bautizo
Por fin os puedo enseñar estas preciosas fotos de uno de los últimos encargos que me han hecho. ¡Preparad palomitas que hay fotos para aburrir! ^.^
El caso, que yo de mil amores me puse manos a la obra y feliz por poder usar todos los papeles rosas tan bonitos que tengo.
En esta ocasión os ahorro las fotos del paso a paso, porque básicamente fueron los mismos que utilicé en su día para hacer el libro de firmas para una boda y que os conté en uno de los primeros posts que publiqué.
La verdad es que decorarlo me costó un poco, cambié de idea en un par de ocasiones y al final recurrí a mis pocos conocimientos de scrapbooking. Había que darle la misma importancia a los dos nombres así que opté por una decoración muy simétrica usando recortes de papel a juego.
Bien en grande en la portada el nombre de las dos protagonistas, utilizando letras con relieve y brillo de Artemio. Para señalar el bautizo, la comunión y la fecha utilicé la etiquetadora con cinta transparente, que da mucho juego porque puedes colocarla sobre un papel de cualquier color y ya tienes tu etiqueta molona ¡del color que más te guste!
La etiqueta de la fecha la sujeté al papel de fondo con un eyelet (u ojal) de esta forma la etiqueta queda móvil.
Os he dicho que me pidieron un libro de firmas, pero me tomé la libertad de darle otra función más, la de álbum de fotos, de esta forma podrán guardar todos los recuerdos del día juntos en el mismo libro. Para separar la parte de firmas y la de fotos utilicé unas etiquetas selladas con las palabras «Firmas» y «Fotos».
En la parte de dentro no añadí más decoración ya que quería que hubiera la mayor cantidad de espacio posible para firmar y poner fotos.
La contraportada la decoré muy sutilmente, sobre un fondo blanco pegué unos recortes y flores a juego con la decoración de la portada:
Además del libro me pidieron si podía hacer algún envoltorio para los recuerdos de la comunión. Normalmente sería algo muy fácil, pero en esta ocasión se me presentó un handicap. Como os he dicho ellas viven en Cádiz, así que tenía que pensar la forma de hacer un envoltorio a distancia.
La madre me contó que el recuerdo eran unos marcapáginas de metal en forma de cruz, me dijo el tamaño que tenían y preparé mis famosas cajitas pillow box. Si, son las que os enseñé a hacer en este vídeo.
El motivo por que elegí para esta ocasión este tipo de envoltorio es que se pliegan por completo quedando perfectamente planas, lo cual me venia al pelo para luego enviarlas.
Para decorarlas, utilicé lazo de organza y una etiqueta con colores a juego con el libro de firmas. Por cierto ¡en qué momento elegí la organza! Es MUY complicado de pegar. Empecé usando cinta de doble cara, nada, se despegó; luego probé con glossy accent, mismo resultado, así que al final a grandes males grandes remedios: ¡cola caliente al canto!
Me hubiera gustado haber utilizado el lazo para cerrar la cajita por las solapas, pero había que meter el regalo así que las decoré de tal forma que luego ellas pudieran hacerlo sin ningún problema.
Por la confianza que habían puesto en mí, quería tener un detallito con las niñas, así que les preparé unas bolsitas de chuches:
Tenía los corazones de origami hechos un poco por culpa vuestra… Si, de tanto enseñarlos en Instagram me piqué y quise probar a hacerlos ^.^ Así que los aproveché para decorar las bolsas:
Por la parte de atrás les pegé una pinza de madera pequeñita, además de cerrar las bolsitas luego las niñas las podrán poner en algún sitio.
¡Ahora a preparar el envío!
Evidentemente todas las cajitas fueron desplegadas para que ocupasen lo menos posible. E hice paquetitos de diez en diez con ellas, también envolví el libro en papel de seda donde puse mi super sello de «original hecho a mano». Además puse una cajita extra montada a modo de ejemplo:
Para proteger el contenido muy bien, envolví las cosas en plástico, puse bolitas de esas que traen los envíos, usé plástico de burbujas… ¡Diogenes al poder! ¡Pero mira que bien me ha venido! Ja!
Pero no soy diogenera de pro… escribí una carta a mi amiga y resulta que no tenía un sobre donde meterla (emoticono con cara de horror) así que apañé un envoltorio rápido con papel de seda y otra pinza con corazón.
Mi amiga Rocio hizo la banderola que decora el borde de la mesa. Si, si, es como la que hicimos para el cumpleaños de Nicolás (mírala aquí), solo que esta es un pelín más larga… ¡casi 8 metros!
¡Hasta la próxima!