Lámpara con hilo.
Empezaba a sentir frustración cada vez que intentaba hacer este tuneo.
Fueron 3 las veces que lo intenté y siempre fallaba algo, y ya estaba apunto de desistir, pero mi orgullo me lo impedía y necesitaba hacer una lámpara con hilo, además, le prometí a Luís un tutorial «perfecto».
Así que si tienes ganas de una Random Light hecha por ti mismo aquí tienes el paso a paso que con el que he salido victorioso, es importante que sigas los puntos tal y como digo, ya iré matizando los porqués.
Al lío!
Estos son los materiales que emplearemos.
El hilo es del que puedes encontrar en Leroy Merlin o cualquier bazar.
El portalámparas, como no, lo conseguí después que la Roomba sacara a pasear mi lámpara FADO de Ikea.
Es MUY IMPORTANTE utilizar un balón de playa para este tuneo. Mi fallo en los anteriores intentos era utilizar globos, ya que enseguida empezaban a perder el aire y se arrugaba todo, un desastre. Con el balón te aseguras que eso no pase.
El primer paso es «apartar» el hilo que utilizaremos. Mi truco (cosa que no hice en otras ocasiones) es crear un rollo que quede bien impregnado de cola y facilite la labor. Es chungo de explicar, así que le hice fotos para ilustrarlo bien 😉
Empecé haciento un rollito con el cartón del papel higiénico y celo.
Enrollé en él una buena cantidad de hilo (más o menos la mitad del rollo original, ya que esta lámpara será pequeña). Si hubiera querido hacer una lámpara grande todo esto no habría sido necesario, ya que gastaría todo el rollo.
Entonces buscamos un recipiente donde quepa bien el nuevo rollo de hilo. En este caso es un tupper de esos que dan en el chino. La gracia es que nuestra bovina quede sumergida en la cola y podamos ir estirando sin que se enrede.
Por otro lado preparamos el balón.
Lo inflamos.
Y lo envolvemos con el film (Importante) así cuando tengamos que sacarlo saldrá sin problemas.
Ya casi estamos listos para empezar. En el tupper (el de los chinos, que ultimamente salen mucho por mi blog) mezclamos agua y cola blanca. Queda una especie de leche pero un poco más espeso.
Sumergimos nuestra bovina de hilo en la mezcla y le damos unas vueltas con los dedos para que se impregne bien.
Cogemos el extremo del hilo y vamos dando vueltas con él a la pelota. Si os fijáis la cola se va poniendo sola en el hilo mientras damos enrollamos el balón. Este es un trabajo de unos pocos minutos (no creo que más de 5). Al acabar el hilo enredamos el cabo final para que quede disimulado.
Buscamos donde está el tapón de hinchar y le dejamos hueco apartando un poco los hilos.
Es el momento de secar. Como soy impaciente lo he acercado a la chimenea y me he sentado a ver la tele, así lo vigilo. De vez en cuando le he dado alguna vuelta. Sabes que ya está listo cuando los hilos además de secos están «tiesos». Es importantísimo que esté seco del todo, si no en el paso de sacar la pelota nos cargaremos el trabajo hecho.
Rompemos el film que tapa el tapón (que redundancia!) y lo abrimos. Aquí mis pulmones han hecho de máquina de vacío improvisada.
Y poco a poco vamos sacando el balón del interior de la nueva bola.
Esto ya casi está!
Así tal cual podría ser una lámpara de techo, cubriendo alguna bombilla desnuda, pero he querido aprovechar un portalámparas de mesa, así que lo he montado facilmente.
Y ale, ya tengo lámpara! a la cuarta va la vencida, y estoy taaaaaaaaaaaaaaan contento que ya me he hecho otra. Ahora buscaré algún balón más grande para hacer una de techo y así hacer un conjunto de lámparas para algún dormitorio… o regalar, quien sabe 😉