Kimono reto tela horribilis
Ah, mis amigas costureras… Os hablo tanto de ellas que ya son parte de la familia Pompón, no me digáis que no. En su día no os lo conté, pero a finales de noviembre, el equipo de Patronpedia se reunió en Sevilla. Suena tan oficial que se me saltan las lágrimas. La cuestión es que nos pusimos (casi) todas de acuerdo, tomamos trenes y aviones y nos plantamos allí de visita.
Paseamos y sacamos fotos, fuimos a tiendas de tela y comimos mucho, pero lo más importante es que nos reímos un montón. Fue un poco curioso, la verdad, eso de reunirte con tanta gente a la que conoces virtualmente… y descubrir que casi todo el mundo es exactamente como te lo imaginas. Salvo María José, que no solo no es igual, sino que es mucho mejor de todo lo que me podría haber imaginado. Team María José forever.
Total, estuvimos tienda de tela arriba, tienda de tela abajo (visita a Telaria incluida, léase esto con voz de fan adolescente) y a alguna de las cabecitas pensantes que me acompañaban, a las que les gusta más un fregao que a Cristiano Ronaldo mirarse las cejas, se le ocurrió que podíamos hacer una especie de reto entre nosotras, llevándonos todas un trozo de alguna tela fea y barata.
Yo no las tenía todas, ya sabéis que soy la infiltrada del grupo porque coso regulín, pero en ese ambiente de buen rollo y tal, me vine arriba y me llevé un metro. Y me vine tan arriba que no fue eso lo único que me llevé, ya os iré mostrando la cantidad de material que me traje.
En fin, que ahí lo tenía yo, un metro de tela que en un primer momento me pareció horripilante y que luego, a fuerza de mirarla y verla por todos los blogs de mis compañeras, me ha empezado a parecer hasta bonita. Bonita. Madre mía. Y viendo lo que habían hecho las demás, empecé a repasar como loca todos mis patrones en busca de algo que coser. Y empecé a buscar vestidos complicadísimos con (horror!) cremalleras y botones y forros…
Hasta que decidí ser realista. Por un lado, no tenía tiempo para aprender, hacer una primera costura de muestra y probar alguno de esos patrones. Por otro lado… bueno, creo que ese era el único motivo 🙂
Así que empecé a buscar una idea facilita. Saqué la tela, la miré y remiré, la toqué… y entonces me di cuenta de que tanto dorado me parecía súper oriental, ¿no? Ideal para recibir al Chino Yuan cada vez que me trae el pedido. Y pensé que con unos rectángulos de tela me podía hacer un kimono la mar de apañado.
Al César lo que es del César, miré con interés este tutorial, pero no me acababa de convencer, así que le hice algunos cambios. Y en 30 minutos me preparé este kimono que, curiosamente, creo que voy a usar bastante. Porque además de ponértelo encima de los vaqueros, me parece una bata perfecta. Y ya sabéis que yo trabajo en pijama, así que es el complemento ideal para esas mañanas en que se te congelan hasta las ideas.
Yo nunca seré ego blogger, ya lo veis. Sacarme fotos me cuesta la vida, me siento muy ridícula. Además, sin cámara y haciendo malabares con el teléfono… pues bueno, sale lo que sale.
Pero bueno, aquí tenéis mi kimono y si os queréis hacer uno, os cuento rápidamente cómo.
Necesitáis:
-Una pieza de 1 metro x 1,5 metro de tela. La mía es gruesa, pero una tela fina y con caída es perfecta.
-Tijeras
-Máquina de coser
Cortáis las siguientes piezas:
-Espalda: 60 cm de ancho por 80 de largo.
-Delanteros: 2 piezas de 30 cm de ancho por 70 de largo.
-Mangas: 2 piezas de 30 cm de ancho por 50 de largo (las cortáis una encima de la otra para aprovechar la tela)
Lo primero que tenéis que hacer es hacerle la forma del cuello a la espalda. Dobladla a la mitad, medid 10 centímetros desde el doblez y cortad desde ese punto hasta el doblez una curva suave.
Ahora vamos a darle forma a los delanteros. Medid 10 cm del ancho y 40 de alto desde el mismo punto. Trazad una diagonal suave entre los dos puntos. Repetid con el otro delantero, teniendo en cuenta que hay que hacerlo en esquinas opuestas.
Doblad a la mitad las piezas de las mangas. Os tienen que quedar unas mangas de 25 de alto por 30 de ancho. Como veréis, yo aproveché el orillo de la tela porque me gusta. Y porque me ahorraba una costura. Pero sobre todo porque me gusta.
Ahora encarad las piezas delanteras con la trasera y poned alfileres en los hombros. Luego poned alfileres en los laterales, dejando un hueco para las mangas desde el hombro hasta donde termine la pieza de la manga.
Ya podéis coser los hombros y los laterales.
Cosed las mangas. Giradlas y colocadlas dentro del hueco que habéis dejado. Sujetad con alfileres y cosed.
Y ya casi está. Solo os falta darle forma a la parte de abajo. Para eso podéis usar mi herramienta favorita: un plato. Dibujáis la curva y la cortáis con cuidado. Yo he hecho también una diagonal en los delanteros desde la costura hasta 10 centímetros por encima del bajo. Y a la punta también le he hecho una forma redondeada con un vaso.
Ya solo nos queda hacer un pequeño dobladillo en todo el borde, o ponerle una cinta al bies, como hizo Lola en su falda. Creo, de hecho, que si lo vais a usar como bata, una cinta al bies es la mejor manera de rematarlo. Y si usáis alguna tela de punto, recordad que no se deshilachan y no hace falta que hagáis dobladillo.
Y ya está. Listo para esos días de primavera que están a punto de llegar en los que hace calor, pero no tanto… O listo para que te lo pongas sobre el pijama mientras comes dim sum con palillos. Ah, me encanta comer dim sum en pijama.
Y nada, esta es mi aportación al reto Por amor a la costura con tela horribilis. Y lo voy a usar un montón. Venid a comprobarlo y os invito a dim sum.
Hoy ya terminamos, pero podéis ver las cosas increíbles que han hecho mis amigas en sus blogs. Son tan buenas costureras como buena gente, así que pasaros a verlas.