A veces cuando te pones a trabajar con una pieza te entran muchas dudas. Otras te llevas unos disgusto considerables y en ocasiones las sorpresas son buenas. Julia y Sagrario son unas verdaderas expertas en esto de darle una segunda oportunidad a tus muebles y yo soy un poco la niña caprichosa que con ojos de cordero les decía: «pero qué bonitas son estas mesillas». Yo las quería y ellas por experiencia me avisaron que tenían mucho trabajo. También fue su experiencia la que logró que me las llevara a un buen precio y quienes me dijeron cómo meterles mano.
En dos semanas he comprado tres mesillas y una cómoda. A pesar de que mi casa parece un mercadillo turco y casi no tengo tiempo para dedicarle los mimos que se merecen no pude evitar hacerme con estas dos mesillas. Me gustó la forma. Veo muchas mesillas por internet y éstas tenían algo especial. El color ya os digo que no era porque alguien decidió darle una capa de barniz oscuro muy mal dado, por cierto.
Mesillas de madera vintage.
Tenemos varias opciones: decapante, lija, bisturí, amoniaco… Antes de decidirnos por una u otra hay que ver exactamente qué es esa capa marrón que tienen. No es pintura, ni un barniz muy grueso. Es como una capa casi pegajosa de un color muy oscuro, pero superficial.
Comenzamos la renovación.
Descartamos el decapante y la lija. ¿Porqué? Por lo fina de la capa, por lo bien que sale, incluso con la uña, y porque en la zona de los dibujos de la madera iba a ser imposible lijar.
Estado de las mesillas antes de la limpieza.
Hace tiempo en un taller de Restaura y Recupera nos contaron una fórmula que Yolanda llama la triple «A» y que es mano de santo para quitar estos barnices. Pero como soy un desastre total no me acordaba de todos los ingredientes. Así que improvisé mezclando alcohol y amoniaco en un cuenco. Luego, con la lana de acero y el estropajo me puse a frotar una de las mesillas. Tratando de hacerlo en el sentido de la veta. Cuando usemos estos productos es importante ventilar bien la habitación o hacerlo en un espacio abierto por los olores.
Quitamos el barniz.
El barniz llegó a deshacerse en algunas partes y era un líquido pegajoso oscuro que me llenó las uñas de suciedad. Aviso, que puede ser una idea ponerse unos guantes para estas cosas. Pero en las esquinas era muy complicado quitar los restos. Así que saqué el cutter y limé un poco.
Avanzamos con la limpieza.
Pero la gran sorpresa estaba esperando debajo. Tanto la tapa como el frontal del segundo cajón tenían una madera preciosa en forma de espiga.
Espiga de la madera a la vista!
Fue emocionante encontrar ese tesoro. De hecho, me asaltó una pregunta: ¿quién querría esconderlo con ese barniz? ¿Una nuera enfadada que heredó estas mesillas?
Antes y después
El trabajo sólo acaba de empezar, porque aquí queda mucho por limpiar. ¿Qué os parecen estas mesillas de estilo vintage? ¿Han sido una buena compra? ¿Qué harías con ellas? Por cierto, las monedas que están en el suelo venían dentro. Había pesetas!!!!
Como está quedando la limpieza.
Como es jueves volvemos a Inventar el Finde. Ya sabes. Si tienes un blog y te apetece contarnos alguna idea para este finde/ puente, pincha en el botón azul donde pone «Add your link» y deja tu propuesta.
Periodista de profesión y amante de todo lo handmade. Curiosa y con ganas de aprender, me encanta la pintura, la madera, el papel y todo lo que valga para tunear un mueble