Improvisando con mariposas

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“Esto no se debe hacer así. Lo hago yo porque soy tu padre, pero a ti que no se te ocurra probar”

Esto me decía Manolo cuando era una niña y me llamaba para que le ayudase en alguna aventura doméstica, llámese arreglar un calentador, el motor del agua o una lavadora…

Va a ser que no le hice mucho caso, porque peco bastante de AVENTURARME sin plantear antes las complicaciones. Yo sólo tengo en mente el resultado ideal y quiero llegar a él como sea, sin saber cómo. Esto me ha ocurrido desde siempre, por eso, cuando algo se tuerce tengo que buscar entre mil posibilidades para volver al camino.

Este tutorial NO ES UN EJEMPLO a seguir, porque el proceso debe ser otro. Otro como el que sigo en todos los modelos expuestos en mi Catálogo (estudio del diseño y patronaje, costura sobre muselina, modificaciones y ajustes sobre modelo, elección de tejidos y confección final).

Esta costura tiene mucho de improvisación, cambios de última hora y resultados inesperados. En resumen, son experimentos que hago, como este, peculiar por tres motivos:

1.Un RETAL de tela escaso, comprado en el mercadillo como un flechazo a primera vista (el enamoramiento final fue el precio: 1€)

2.Un GÉNERO de gasa-viscosa distinto, nunca trabajado y muy, muy delicado en su manipulación y costura a máquina.

3.Un DISEÑO diferente que rompiese con la falda fruncida y el corte trapecio (un combinado, por favor).

Se me metió entre ceja y ceja que era ideal para un vestido fruncido para mi niña (por el tipo de tejido) pero a la vez con un diseño que dejase ver el motivo principal (esas mariposas enormes y coloridas).

Os dejo con el PROCESO:

A partir de un patrón base, hice varias modificaciones sobre papel y me quedo con la mitad

Os lo recomiendo, sobre todo para retales mal cortados y tejidos como este que resbalan tanto

Comienzo trabajando en el cuerpo, uniendo por los hombros las espaldas con el delantero

Mi preocupación principal era salvar para las zonas principales las mariposas más grandes. Comienzo trabajando en el cuerpo, uniendo por los hombros las espaldas con el delantero.

La tela se une a un forro de batista gruesa, decorando las aberturas en raso fucsia

El resto de tela era para la falda, cuyas dimensiones obligaron a dividirla en dos tiras. La tela se une a un forro de batista gruesa, decorando las aberturas en raso fucsia.

Fruncido del margen superior de la tira UNO

Unión de la tira DOS funcida en el margen superior

Unión de la tira UNO fruncida a la zona inferior cuerpo

Fruncido del margen superior de la tira UNO. Unión de la tira DOS fruncida en el margen superior. Unión de la tira UNO fruncida a la zona inferior cuerpo.

Doblez y unión interior al margen inferior de tira UNO

Montaje finalizado de la falda y unión al cuerpo

Doblez y unión interior al margen inferior de tira UNO. Fruncido del margen inferior de la tira UNO. Montaje finalizado de la falda y unión al cuerpo.

Uno el forro de batista a la cremallera por el interior, cerrando así la espalda del vestido

Coloco la cremallera invisible tras cortar una pequeña abertura central en la falda. Uno el forro de batista a la cremallera por el interior, cerrando así la espalda del vestido.

Y la unión entre las tiras la alegré con un vivo del mismo cordoncillo fucsia

Aunque parezca imposible me sobraron restos de tela y ¡no las iba a tirar! así que con fiselina y batista recorté unas cuantas mariposas que se posaron sobre el vestido. Y la unión entre las tiras la alegré con un vivo del mismo cordoncillo fucsia.

Y este es el RESULTADO. Olivia está encantada con las mariposas que vuelan sobre su vestido nuevo y que no para de tocar. Es una pena que no pueda disfrutar de ellas hasta que el tiempo sea realmente primaveral.