Guirnalda de tela navideña
La vivencia de la Navidad en nuestra familia se puede dividir en dos períodos, a saber, antes del nacimiento de la niña y después. Al primero de ellos corresponde el abeto pequeño de plástico de los chinos y la caja con el kilo doscientos de adornos de plástico plateados y rojos comprada en unas rebajas en Ikea.
Conforme nos adentramos en el segundo período el abeto siguió siendo de plástico pero eso a día de hoy ni se ve porque está inundado de espumillón y eso que lo cambiamos por las quejas de la niña que decía que un árbol más pequeño que ella no podía ser de Navidad por muchas cosas que le pusiesemos encima y los adornos bicolores han sido paulatinamente sustituidos año tras año por otros que ha hecho ella desde los tiempos de la guardería. Impagables la bola dibujada sobre cartón que a día de hoy todavía sigue perdiendo purpurina y la estrella forrada con seiscientos cincuenta gramos de papel de aluminio que aguanta en equilibrio en lo alto del árbol.
La ilusión se contagia y somos legión los padres que en estas fechas llenamos la casa de luces y de cables sólo por ver la carita que ponen y hasta el Belén montamos y sacamos sitio de donde no hay para que el Niño tenga su portal con todos los animales que hagan falta que además de la burra y el buey reglamentarios también puede necesitar el calor de los animales de la granja de los Barriguitas y los gatos de los Playmobil, y los Reyes se vayan acercando poco a poco aunque los nuestros según el día están a un paso de postrarse ante el Niño antes de Año Nuevo y otros parece como si hubiesen tenido que darse la vuelta porque se les olvidó algo.
El primer año no íbamos a poner Belén porque nos parecía que con el árbol cumplíamos de sobra, pero a medida que se acercaba la Nochebuena empezó a entrarnos cosa porque la niña no tenía Niño (eso es de padres recientes, hoy ni lo pensaría) y un domingo por la tarde hice este con tubos de cartón (aquí, aquí y aquí) a la espera de comprar uno en condiciones. Lo que pasa es que la niña le cogió cariño y no quiere cambiarlo y se ve poco serio, a ver si este año la convenzo.
Y como la casa se ve tan bonita con todo ese despliegue y da mucha ternura ver las cosas hechas por ella yo también me voy animando y aporto mis granitos de arena a la decoración. Empecé con el calendario de Adviento (aquí) y hoy os traigo una guirnalda que lo mismo sirve para ponerla como lo que es o se puede desmontar y poner cada elemento por sí solo en el árbol solamente con coserle un lazo o una hebra de lana.
Los árboles y las estrellas están hechos con dos retales de tela sobre los que dibujé su contorno y la #buenaabuela se encargó de coser a máquina. Menos de cinco minutos. Dos minutos más para rellenarlos y uno para colgarlos de un bramante. Las dos telas me encantan y así de bonita quedó.
¿Qué os parece cómo ha quedado? ¿Hacéis algun@ vuestra propia decoración para Navidad? Contad, contad, que me gustaría saber qué cosas hacéis.
Sed muy felices aunque con el día que tenemos hoy es complicado.