Funda simple para cojín con doble solapa trasera
Siento que últimamente voy cuesta abajo y sin frenos, de lo cual deduzco que se avecina una frenada con golpe incluido, claro 😅
Lo bueno es que, a veces, consigo robar unos pocos minutos al reloj y coser o cortar telas. Y, sorprendentemente con ese poquito tiempo me basta para desconectar y sentirme como nueva. Y es que de verdad pienso que la costura es una auténtica terapia.
Por cierto, sobre este tema existe ya un estudio que demuestra en gran medida que mis pensamientos no son errados del todo. Lo tienes en este enlace del blog de Cal Joan. Te recomiendo que lo leas, porque las conclusiones a las que llegan son muy interesantes.
De todos modos, hoy no vengo a hablarte solo de eso, sino más bien a mostrar un proyecto rápido de los que quitan el gusanillo de la costura si llevas mucho sin poder coser. Se trata de una funda para cojín.
Seguro que si has cosido a máquina con anterioridad, este tipo de trabajo fue uno de los primeros que realizaste.
¿Te puedes creer que yo ya llevo unas cuantas cosidas, pero que siempre las había hecho para regalo? Esta es la primera que me quedo para mí. Y sospecho que la última, porque tengo la casa plagada de cojines y en 45 metros cuadrados de vivienda el hueco no da más de sí 😆
Esta tela que, si te detienes a observar el castillo que aparece en su estampado, quizá te parezca un poco infantil (en cierto modo, razón no te falta), está repleta de frases motivadoras con tipografías en colores rojos, azules, blancos y negros. Y precisamente por su alegría y desenfado me parece el elemento perfecto para decorar mi rincón de costura. ¡Ya iba siendo hora de darle salida, porque la tenía por casa desde hace más de tres años! Te dejo el enlace por si te apetece comprarla creo que aún hay stock.
El mayor inconveniente para coser este trabajo era elegir qué elemento quería considerar como principal y en función de eso cortar la pieza. Si te fija los textos van orientados en todas las direcciones posibles.
La siguiente imagen corresponde a la parte trasera de la funda de cojín, es decir a la de las solapas. Estas no se aprecian, porque la que quedaba por encima la hice muy, muy larga, pues quería aprovechar al máximo la pieza procurando no cortar los mensajes que más me gustaban, pero insisto en que se trata de un cojín simple con ese tipo de cierre en su parte posterior.
Obviamente, como se trata de una loneta y esta tiende a deshilacharse mucho, siempre es recomendable, hacer un sobrehilado por todo el contorno antes de unir las piezas. Y es como procedí con cada una de las tres piezas.
Podría haber puesto un forro en el interior, pero al tratarse de una loneta de por sí ya bastante gruesa, decidí no añadírselo.
Hay quien suele incorporar en las solapas de este tipo de fundas, velcro o botones «automáticos». En mi caso como las solapas eran amplias y las hice con doble dobladillo en los extremos que se superponen no lo consideré apropiado, puesto que de por sí la caída de la tela ya ejercía de cierre.
De nuevo este estampado es uno de esos al que me daba pena meter tijera. Además, como los textos están orientados en todas las direcciones, consideraba que el proyecto debía ser suficientemente grande como para que fuesen visibles los que más me gustan.
De todos modos, la pieza que adquirí era suficientemente ancha (doble ancho) como para hacer varios proyectos más que espero poder enseñarte por aquí. Digamos que este de hoy es solo un aperitivo.
Para que te hagas una idea, la funda del cojín que he hecho mide 57 x 57 cm. Sé que lo normal es que sean de 55 x 55 cm a lo sumo, pero en este caso esos dos centímetros permitían que el falso cojín que va en su interior sea más mullido, y por otra parte ganaba un poquito de margen para respetar al máximo alguno de esos bonitos letreros de la tela. En otras circunstancias hubiera optado por dejarla más ajustadita, desde luego.
Por supuesto, si lo que te apetece es confeccionar una funda de cojín algo más compleja, te dejo con esta propuesta de Silvia Creativa. Me pareció un proyecto perfecto para dar arranque a la primavera en #rompecosturas y por eso lo elegí en esa edición de marzo. Sin embargo, el mérito del tutorial pertenece en exclusiva a Silvia. Por favor, si no conoces su canal no dejes de visitarla y seguirla.
Y como hoy es miércoles, aprovecho esta alegre fundita para participar en el #malascostureras, que por eso he tenido que retrasar la publicación hasta hoy ^^.
Banner oficial de la iniciativa #mimi del blog Malas costureras. |
Sé que puede que no conozcas la iniciativa en cuestión, osea que te pongo un poco al día sobre ella. Este reto surgió en el blog de Malas costureras, cuyo divertido logo te va bajo estas líneas. Cada miércoles quien quiera participar en él publica un proyecto costuril que sea para uso exclusivo de la propia costurera. De ahí el hashtag: #mimi (miércoles + por mí y para mí).
Logo oficial de malas costureras (extraído de su propio blog). |
Suena egoísta, pero si te paras a pensar… seguro que son muchas las veces que coses algo para los demás y en cambio no te das ningún capricho. Gracias a este reto, ellas consiguen que no te sientas culpable por esa muestra de repentino amor propio y de paso conoces a otras apasionadas de la costura y sus proyectos.
Es verdad que el blog no lo actualizan desde el 2021 (ya sabes que somos muchas las que hemos ido abandonando la blogosfera tras años en ella), pero sí están en cambio muy activas en redes sociales. Principalmente en Instagram donde las encontrarás con el mismo nombre @malascostureras, así que no les pierdas la pista.
Y hasta aquí la entrada de hoy. No es cuestión de robarte tiempo para disfrutar de la playa, la piscina, el río, el monte, el campo, los amigos o la familia. Y si lo prefieres, tienes mi permiso para echar una buena siesta después de la comida o darte un chapuzón.
Nos leemos, desvanero.