Experimentando con el cemento: portavelas de jersei y cemento diy
De nuevo esta semana con más ideas en cemento, hoy un portavelas. Ya os contaba hace unos días que a mi lo que realmente me gusta es el hormigón, y viendo que no era factible conectar la manguera del camión hormigonera con otra más fina que entrar por mi terraza a rellenar moldecitos caseros… me decanté por el cemento de bolsa de kilo, lo ví una opción pelín más razonable.
Esta es la tercera cosa que hice, la segunda fue el macetero que está en el despacho del Sr. Pángala, le queda de lo más solemne, y la primera…, eso no me he atrevido ni a desmoldarlo aún, todo apunta a engendro.
Pero al grano que me disperso, lo que os enseño hoy viene del aprendizaje del error cometido en el mini macetero (desmoldar demasiado pronto), y el cometido en en engendro (quedarme corta de agua). Aún así nuevamente no ha sido perfecto, pero el aprendizaje y la búsqueda creativa de nuevas ideas es lo que tienen.
Voy a contaros el cómo para que os quedeis con los aciertos y no repitais mis errores:
1. Vertí la mezcla de cemento y agua en las proporciones correctas, ¡bien! dentro de una caja de cartón bastante duro. Al cabo de un poquito, como media hora o asi, coloqué velitas de té dentro de la mezcla, y había empezado bien pero ya cometí el primer error: hubiera sido mejor llenar la caja hasta el borde, para que las velas no sobresalieran tanto. Pero si miramos la parte positiva: son más fáciles de poner y quitar, ¡bien otra vez!, seamos optimistas.
Al cabo de unas horas puedes retirar las velas, que por la evaporación del agua van separándose del cemento aún estando este muy tierno.
2. Teniendo en cuenta que tarda bastante en fragüar, esta vez sí que lo dejé dentro de casa como mi amorcito me recomendó, debes poner un papel absorbente debajo, si es doble o triple mejor. Yo empleé el de estraza que me sirvió para quitar las manchas de cera de una camisa y dejarla impoluta. En esta foto de abajo veis el papel una vez seco, es para que os hagais una idea de cuánto puede llegar rezumar la caja si es de cartón, y por el tema de la evaporación, se me ocurre que es un buen recipiente, en plástico o metal seguramente endurece mucho más tarde, ¿no?.
Nota: la caja la podreis volver a aprovechar, no se vio demasiado afectada.
3. Con inexperiencia y mucho cuidadín desmoldé mi futuro portavelas. Yo no soy de encender velas de esta forma, no es mi estilo, pero estaba en plena ansia cementocreativa, y para aprender a controlar este material me pareció una opción facilona.
Y podría haberlo dejado tan cual estaba, eso sí, con unos protectores de fieltro o silocona en su base para no rallar, pero como lo ví frágil y la superficie había quedado demasiado lisa… mmmmm, no me acababa, lo veía desangelado y tristón, no confundir con sobrio.
4. Pensando, pensando se me ocurrió lo siguiente: ponerle una base de madera, pero claro, debería ser una madera bien bonita, y lo que tenía era un trozo de aglomerado bien bien feo, ayyyy, qué opción más distinta a mis deseos, grrrr. Pero esto no iba a poder con Pángala: enfundé el tablerito en un trozo de manga del jersei que en este tutorial convertíamos en un bolso.
5. Esto es fácil: se mete por la parte más ancha, una vez bien ubicado pones cinta de doble cara para que no se mueva del sitio, y te vas al otro extremo a cortar el sobrante.
6. Lo cerré con un simple pespunte con hilo de cáñamo…
… las velitas, y voila, ya tengo un trastito más en casa, ¿qué haré con él?, chi lo sa, pero sí que tiene un toque invernal que lo hace hogareño, ¿no te parece?
Claro está que para gustos los colores, pero si os soy sincera me gustó más la imperfección del anterior objeto que el medio acierto de este. No sé si porque me van más los maceteros que los portavelas, por su contundencia y tosquedad, porque lo veía de aspecto industrial, o porque el destinatario es mi amorcito…, pero no cejo en el empeño.
Voy a continuar experimentando porque para obtener resultados excelentes hay que consentirse equivocaciones, así que tras mis tres pasitos gateando tal vez ya pueda empezar a caminar. De momento pongo velas para…, ya os contaré para qué.
Ah, y si, que lo del bolso online sigue adelante, ahora sólo me falta pensar en un modelo muy muy fácil para animaros a coser, en breve, de verdad.
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