ESTRENAMOS CHIMENEA Y PUFF DIY
Hemos creado un rincón de lectura navideño con un puff 100% handmade y unos DIYs para chimenea. A continuación, ¡te lo explico todo!
Lo primero que hay que hacer antes de empezar a decorar el espacio que rodea la chimenea es tener claro para qué se va a usar esa zona y qué actividades se van a llevar a cabo. En nuestro caso, la chimenea queda bastante desplazada del sofá del salón y queríamos tener una pequeña zona para sentarnos y estirarnos cerca del fuego para leer y descansar.
Una chimenea en uso es un elemento que condiciona totalmente el espacio. Hay que tener precaución con los muebles y objetos que están a su alrededor. Durante el verano y otoño mis plantas preferidas, la Monstera y el Ficus Lyrata han estado al lado de la chimenea como se ve en la imagen. Ahora que la vamos a encender cada día, me veo obligada a cambiarlas de ubicación para que la alta temperatura no las dañe.
Aprovechando la Navidad y para compensar la ausencia del color verde de la planta, he decidido decorar la repisa de la chimenea con ramas verdes de abeto que corté en casa de mis padres. Combinadas con unas lucecitas cálidas y unas velas blancas grandes. Aunque la decoración habitual de la repisa de la chimenea es otra, para estas fiestas he decidido que vamos a utilizar ese estante como elemento principal de decoración navideña en casa.
Otro elemento que si que es habitual es el alce de cartón que preside la columna. Este alce lo cortó a láser Marc hace unos años. En nuestra antigua casa lucía en una pared corriente y cuando nos mudamos, nos pareció que quedaría genial sobre la chimenea.
LOS INDISPENSABLES
Primero miramos diferentes útiles metálicos equipados con pinzas, pala, escobilla y atizador… Hemos mirado en diferentes comercios y, para ser sincera, ninguno es de nuestro estilo y nos parecieron muy desfasados. Así que decidí comprar las cuatro herramientas sueltas y más adelante hacer algún DIY con metal o madera para colgarlos. De momento, los guardamos en la cesta para la leña y están a mano.
Esta cesta para leña, me la regaló mi abuela durante nuestro viaje a Almería en verano. Es de esparto y es un material que mis abuelos conocen muy bien, ya que hacían diferentes objetos con ese mismo material: alfombras, forros de botellas, cestas para leña… Es una artesanía que me fascina y me encanta el toque cálido y rústico que aportan estas fibras naturales a la decoración.
Por otra parte, está el leñador, absolutamente indispensable para el buen funcionamiento de una chimenea. Los que hay en el mercado nos parecieron demasiado ornamentados y pesados. Así que decidimos marcarnos un buen “hágaselo usted mismo” y a continuación puedes ver el paso a paso. Se trata de una idea muy practica y de un diseño muy sencillo con unas varillas superiores en forma de triángulos para sujetar los troncos. Además, hemos utilizado acero completamente reciclado de partes de una verja de ventana antigua y he aprendido un montón sobre soldaduras.
PASO 1. Cortamos cada pieza con una amoladora con disco para hierro.
PASO 2. Utilizamos una máquina de soldar con electrodo. Este tipo de máquina tiene cuatro elementos: transformador, pinza para cerrar el circuito, mango y electrodo. El proceso de soldadura es bastante peligroso y es necesario tomar las medidas de seguridad adecuadas. Es obligatorio utilizar una máscara que nos proteja de la radiación infrarroja y ultravioleta, las chispas y el calor. También es muy recomendable el uso de guantes y ropa de manga larga por los mismos motivos.
PASO 3. Después de soldar retiramos la escoria producida durante el proceso con un martillo y pulimos la soldadura con un disco abrasivo con la amoladora. La escoria es el producto de la fusión del material que protege el metal del electrodo. Es necesario para que el metal fundido de la soldadura no se oxide.
PASO 4. Además, tuvimos que quemar el leñador antes de usarlo en casa porque cuando se quema la pintura que recubre el metal (de la antigua de la verja de ventana) huele muy mal ya que se va quemando y deshaciendo.
La pantalla de chimenea es prácticamente obligatoria si hay niños o mascotas en casa. Las chispas saltan sin previo aviso y hay que evitar cualquier accidente. Para este indispensable hemos reciclado una antigua pantalla metálica que un vecino iba a tirar. Tenía un aspecto completamente dorado, oxidado y enverdecido. A continuación, nuestro paso a paso:
PASO 1. Antes de empezar desmontamos cada pieza y limpiamos bien toda la superficie.
PASO 2. Luego pulimos todo con un cepillo de alambres para eliminar bien el óxido.
PASO 3.Los dos pies inferiores, las dos esferas superiores y las dos varillas que los unen entre sí, los dejamos del color dorado original. Tal y como se ve en la imagen, estas zonas estaban sin brillo y muy apagadas, así que le dimos un tratamiento para abrillantar y pulir.
PASO 4. Con pintura en spray negra resistente a altas temperaturas pintamos toda la zona que actúa como pantalla.
Otros elementos que nos ayudan a sacarle el máximo partido al fuego son: una sartén con agujeros para castañas y una parrilla para tostar pan. Por supuesto, no tardamos mucho en hacernos con una de cada.
EL PUFF
Para la zona de descanso y lectura, he cosido un puff grande redondo. Me gusta este tipo de pieza porque al ser tan moldeable se puede utilizar de diferentes maneras. Escogí una tela gris azulada de lino porque aporta más textura y calidez que otros tejidos. Aunque se debe tener en cuenta que tras el lavado, el lino puede encogerse un poco. Esta tela para el exterior del puff la compré en Ikea , además he utilizado una sábana vieja de algodón a modo de funda para el relleno. Este relleno es la clave para que el puff funcione y sea cómodo.
PASO 1. Este puff redondo tiene unos patrones muy fáciles de coser, consta de dos círculos de unos 90 cm de diámetro y un rectángulo de 282,74 cm para adaptarse al perímetro de las circunferencias. Los círculos los corté mediante dos cuadrados de 90 x 90 cm doblados en cuatro partes, tomando una esquina inferior como centro para marcar por radios una distancia de 45 cm (para obtener el diámetro total de 90 cm).
PASO 2. A continuación, cosí los extremos más cortos del rectángulo entre sí, doblándolo por la mitad enfrentando cara con cara.
PASO 3. Con la ayuda de alfileres y/o hilo de embastar, uní el primer círculo con el perímetro del rectángulo para luego coserlo a máquina. Como esta tela es de un color liso sin estampado, decidí darle un toque fruncido para darle un poco más de volumen a la costura.
PASO 4. A la costura fruncida del segundo círculo con la otra parte del rectángulo hay que añadirle una cremallera grande. Para ello, cosí encarando el derecho de la tela con el derecho de la cremallera medio abierta con el prensátelas de cremalleras en la máquina de coser. Cuando obtuve el puff completamente cosido le di la vuelta a toda la tela por la cavidad de la cremallera.
PASO 5. Para la funda del relleno utilicé una sábana vieja. La doblé por la mitad y cosí los lados entre sí, dejando un hueco grande al que le añadí un velcro en cada parte.
PASO 6. El relleno ideal para un puff es una mezcla de guata y bolitas de porexpan. En mi caso también le añadí espuma de cojines reciclada y troceada previamente.
¡Voilà! Puff redondito, grandote y la mar de cómodo.
SOLO FALTA LA LEÑA Y EL FUEGO
Encender el fuego de la chimenea es casi un arte y aunque en casa de mis padres siempre hemos tenido chimenea, sigue resultándome complicado en algunas ocasiones. De momento, nosotros hemos hecho un leñero un poco alto para que en la parte inferior se puedan introducir bastantes hojas secas, piñas y ramitas para que la chispa prenda más rápido. Además, gracias a esto el fuego no se ahoga con los troncos grandes de la parte superior (se sujetan gracias a los triángulos de varilla superiores). Para encender la chispa bastará con un trocito de papel o cartón.
Los troncos de encina, almendro y olivo son los mejores ya que queman más lentamente y durante más tiempo. De esta manera la hoguera dura más, aunque siempre hay que ir atizando el fuego para que cuando la madera se consuma no se apague. En cambio, cuando se trata de una barbacoa la mejor madera son las parras de viñas y el carbón de encina porque hacen muy buenas brasas.
De todas maneras, lo más sostenible es utilizar troncos y madera que tengamos por la zona. En verano es ideal dar un paseo por el bosque más cercano y recoger las ramas y troncos secos que encontremos en el suelo. Así limpiamos el bosque de posibles incendios y vamos guardando leña para la temporada de invierno.
Para acabar, es importante tener en cuenta que se debe tener la chimenea limpia de ceniza que se genera tras cada hoguera. Nosotros la vamos recogiendo en un cubo y la devolvemos a la tierra. Las cenizas se reaprovechan a modo de nutriente en cultivos y sustratos.
Nosotros ya estamos preparados para empezar el invierno la semana que viene.
¡Hasta el próximo jueves!
Cris,