Esperando a Vega…
Hace unos meses ya os advertí de que la cesta para la boda de Sara, no iba a ser la última y así ha sido, de hecho, tengo la sensación de haber pasado los últimos meses pintando cestas sin parar, así que es muy probable que esta sí sea la última 🙂
A pesar de que el tutorial no deja de ser el mismo que la la última cesta, decidí publicarlo en el blog por si os sirve de idea como regalo para un bebé cercano. La única diferencia con la cesta de Sara, es que en lugar de rellenarla con chuches por completo, aquí hemos combinando las chuches con regalos para el próximo bebé de la familia, (a la que esperamos con muchas, muchas ganas).
La cesta era exactamente igual que la anterior, de un color miel, pero esta vez en lugar de usar el spray de Chalk Paint para pintarla, he probado con pintura (también Chalk paint) de La Pajarita, pero ha sido un error, para este tipo de cestas con tantos cambios de superficie, va muchísimo mejor el spray. No es que con pintura y pincel quede mal, pero lleva mucho más trabajo para conseguir un efecto similar. Así que definitivamente, spray para todo lo que lleve mimbre 🙂 .
Pero con lo que sí creo que acerté es con el color, un tono blanco/gris «Sal Ibiza» que venía perfecto porque como os he dicho esta cesta es para el próximo bebé de la familia y sus padres han decidido huir del rosa, cosa que entiendo perfectamente 🙂
Así que después de muchos brochazos (en serio, con el spray hubiese tardado minutos…), la cesta empezó a tener el color perfecto. Y como la anterior, aprovechamos para colocar un par de lazos, (sólo unos pocos y discretos, que no se nos enfaden los padres…) estrellas y cascabeles a los lados (los cascabeles son innegociables!!)
Como la cesta tiene doble apertura, en un lado colocamos los cucuruchos de chuches en ramilletes, fácil como siempre ¿no? cuchurucho de papel en plan castañera, ramillete de brochetas de chuches y listo. Y sí, son rosas, pero es que no hay muchas variedades de chuches en gris…
Y en el otro lado, aprovechamos para incluir unos regalillos típicos, una mantita, ropa, una foca marioneta que nos miraba triste desde las estanterías y tuvimos que adoptarla y el libro de Pilar Rubio sobre embarazo. No sé si os conté que hace poco nos invitaron a su presentación y creo que es un buen regalo para amigas embarazadas. Pilar es encantadora y me consta que se ha esforzado mucho para escribirlo. No lo he leído entero, pero habla prácticamente de todo, ya me hubiese gustado tenerlo a mí hace unos cuantos años…
Y este es el resultado, una cesta que viajó 600 km, porque me temo que no vamos a estar muy cerca en el momento que nazca, pero este verano volver a Galicia tendrá el aliciente de poner por fin cara a Vega 🙂