El apartamento. 1. El dormitorio. (El armario empotrado)
Hoy toca otro «capítulo» de nuestro peculiar reto, en el que tuneamos un apartamento muy desfasado para adaptarlo a nuestro gusto, con un bajo presupuesto y muchas ganas de tunear.
Si recordáis llevamos hecho:
Así que hoy toca el punto 1.3, en el que tunearemos el armario empotrado.
Antes de meter mano a nada hice unas cuantas fotos de cómo estaba «antes» y aquí tenéis la pared del dormitorio que aún no había mostrado en el blog.
Además del armario empotrado tenía un tocador, y como habíamos optado por ganar espacio también hemos prescindido de él.
Además era un poco engorroso, ya que estaba justo nada más entrar en la habitación, disminuyendo el paso.
El armario… estoy seguro que en su día era precioso, tapizado con una especie de seda rosa, unos tiradores pintados con motivos florales y un remate granate ocultando las grapas del tapizado.
Si el acolchado hubiera estado bien quizás lo habría entelado de nuevo, pero al final opté por retirar el tapizado y pintar las puertas.
Fue un trabajo de chinos el retirar la espuma, que llevaría pegada décadas.
Además los tiradores tenía «huecos» a su alrededor, que tuvimos que tapar.
En la siguiente foto veréis un antes y después.
A la izquierda con solo imprimación.
A la derecha ya con 2 capas de esmalte.
Como con los cuadros del post anterior quedé tan satisfecho pensé que aplicar la misma técnica al armario podría ser algo divertido. Habéis visto nunca unos cuadros a juego de un armario? Pues en YONOLOTIRARIA cosas más raras se han visto, así que al lío:
Una vez seca la pintura blanca del armario encintamos «a saco» como hicimos con los cuadros.
Con la misma pintura que nos sobró lo pintamos. Al igual que hice con los cuadros solo le dí una capa, dejando adrede zonas más claras, ya que se busca un efecto «viejo».
Antes de que seque la pintura azul retiramos con cuidado las cintas.
Cuando ya ha secado le damos sin piedad con la lijadora eléctrica (también se puede hacer a mano, pero requiere mucho más tiempo).
Dándole con la lijadora se envejece el resultado, y ya de paso se disimulan algunos pequeños errores.
El armario va tomando forma, y ya es una parte decorativa de la estancia, dándole un toque divertido a una pared que ahora está vacía.
Y aquí tenéis la nueva visión de la pared, con sus cortinas a juego.
Me quedo sin duda con el después del tuneo, ya que la seda rosa será muy bonita, pero la dejo para las galas de Miss España
Con este tuneo nuestro dormitorio, el principal, ya luce casi casi acabado.
Deciros que al final hemos movido de nuevo la cama de lugar y la hemos puesto donde estaba al principio, aprovechando así para poner un televisor (por el tema de las tomas de antena).
Me falta buscar detalles para las mesitas, quizás unas velas, marcos de fotos o algún detalle original. Intentaré que el próximo capítulo pueda ser una «conclusión» o «remember» de cómo tunear un dormitorio en un piso de alquiler, y dar por zanjada una estancia y atacar otra, como la entrada, el pasillo o el comedor.
Me siguen faltando las horas, así que iremos como siempre poco a poco, pero en buena dirección.