DIY: Servilletero de reno personalizado.
By Bárbara.
Yo no bebo vino, pero nada, nada (aunque si que soy de fiar ;-b) y desde hace unas semanas tengo mosca a todos mis amigos. Les pido los corchos de todas las botellas que se beban ¿para que los quieres? Para mis cosas les digo
Y es que este año he empezado a hacer los servilleteros de Navidad muy a mi estilo. Vamos, caseros ;-).
Este año estoy siendo muchísimo más comedida, en regalos, compras, adornos… y aprovechando todo lo que encuentro a mi alrededor.
Los materiales son muy sencillos y están al alcance de todos. Corchos de botellas de vino, cartulina, rotulador negro, lija, cordel , bolitas para la nariz y un cutter.
Lo primero de todo es lijar los corchos para que se queden sin letras ni logos de los vinos. Hay en tiendas que se pueden comprar ya lisos por si os queréis saltar este paso que es el más tostón. Después con un cutter (y siempre que lo haga un adulto) cortad el corcho por la mitad. Si os salen los dos lados bien os servirá para dos servilleteros.
Cortad las cartulinas a vuestro gusto. El tamaño de las mías las hice grandecitas porque me apetece darle importancia al servilletero porque la mesa a penas tendrá decoración pero eso siempre es al gusto. Centramos el corcho y ya está listo para pegar. Yo lo hice con celo que pega por las dos caras pero con pegamento también está bien.
Y ahora quedaría la parte más divertida. Con un rotulador negro pintar los ojos. Los cuernos podéis hacerlos a vuestro gusto. De hecho queda genial que no sean todas iguales. Unas torcidas, unas con 3 astas, unas mas locas. La nariz se puede hacer o con un poquito de algodón o con pompones pequeños. Tengo varios por casa del año pasado y son las que he utilizado, pero lo mejor en estos casos es la imaginación. Con el mismo rotulador podeis personalizarlos. Estos dos los hice de prueba el otro día que fui a comer a casa de Marta para ver como me quedan.
¿Veis? Ahora quedaría hacer un agujeros en los extremos de la cartulina, pasar un cordel y hacer unos nuditos. Esto servirá para que la servilleta no se caiga y quede mucho mejor presentado.
Y ya tenemos listos los servilleteros y la mesa decidida. Ahora queda pensar en el menú ¿que cocinaré el 24?