diy: portamacetas con un paquete de queso
Hoy os traigo un DIY de esos fáciles de hacer y además muy resultones. Y con un plus: para hacer este portamacetas con un paquete de queso vamos a tener que comernos un Camembert, ¡así que es una razón más para llevarlo a cabo!
Ya os contaba en este post la necesidad de colocar las plantas de una forma bonita y original, sobre todo cuando tienes muchas. Y no solo hay que cuidar la estética de las macetas, también la forma de colocarlas más allá de las típicas encima de la mesa o la estantería. Básicamente porque ese espacio se acaba… ¡Y queremos más!
Una forma muy cómoda y fácil es usar portamacetas (o pedestales). Ocupan poco sitio, nos permiten elevar las plantas del suelo, y además decoran. En tiendas cada vez encontramos más opciones y súper bonitas, pero también existe la posibilidad de que las hagamos nosotras.
Ya sabes que yo, en cuanto a DIY se refiere, siempre busco soluciones fáciles, rápidas y sencillas. Cuantas menos herramientas (y sobre todo de esas que pienso que me van a cortar una mano en cuanto las toque), mejor. Así que se me ocurrió este portamacetas, que no puede ser más sencillo. ¡Vamos a ello!
Para hacerlo, necesitaremos:
– Un paquete de queso Camembert o similar
– Cuatro palos redondos de madera
– Pintura
– Clavos
– Martillo
Los palos yo los compré en un bazar chino, pero también los encontraréis en tiendas de manualidades o en el mismo Amazon. Los demás materiales son muy fáciles de conseguir o seguro que ya los tenéis por casa.
Empezamos pintando la base, para la que usaremos el paquete de Camembert. Elegimos cuál de las dos partes queremos. Yo usé la «tapa», porque era un poco más ancha. Por supuesto, podéis no pintarlo, si queréis dejar el paquete con las letras originales 😉
Una vez seco, tenemos que calcular exactamente dónde vamos a pegar la base a los palos. Esto es muy importante, porque si no, se quedará coja. Yo medí 1cm para colocar el borde de la base.
El siguiente paso es clavar la base a los palos. Si tenéis un sargento con el que sujetar el palo, será mucho más fácil, ya que al ser cilíndrico se complica la tarea y se mueve mucho. Si, como yo, no es el caso, podéis sujetarlo bien con un poco de cinta aislante. Es un paso un poco arduo porque no hay mucho espacio para maniobrar, pero no tiene complicación más allá de colocar la base en el punto exacto que habíamos medido. Perdonad que no tenga más fotos del proceso, pero como veis, había demasiada luz en ese momento, no salían bien, y no tenía manos para tanta cosa 😛
Si no te quieres complicar clavando, también puedes usar un buen pegamento para madera. En este caso, te recomiendo que coloques los cuatro palos de pie, y pegues la base en esta posición, para asegurarte de que queda a la altura exacta y no está ninguna pata coja. Puedes sujetarlo con unas pinzas mientras seca.
¡Y listo!
¡Ya tenemos nuestro portamacetas fácil y resultón. Obviamente no es el más estable del mundo, pero os puedo asegurar que llevo un par de días usándolo y ha resistido la maceta recién regada (pesa más) y a los meneos cercanos de Trasto.
Además, estamos reutilizando algo que íbamos a tirar, como es un paquete de Camembert. ¡Más genial, imposible!
¡Eso es todo por hoy!
¡Que tengáis una estupenda semana!