DIY – Haz tus cojines con formas
Si me preguntaran qué es lo que más me gusta de ser madre, no sabría que decir. ¡Hay tantas cosas por decir! Pero si me preguntaran qué es los que peor llevo, lo tendría clarísimo: NO DORMIR.
Marina no ha dormido una noche entera en toda su vida. Estoy segura que en el hospital nos echaron antes de tiempo por la nochecita que dimos a las 24 horas de haber nacido Marina. Y es que dos años hace ya que estrenamos paternidad y todavía no nos hemos acostumbrado a las noches en vela. A los despertares. A los llantos y gritos de mami y papi. Al bibi de medianoche. A las guardias y turnos interminables. A los gritos y llantos desesperados.
Entre los amigos y conocidos que tienen bebés, siempre les hago la misma pregunta: ¿DORMÍS? ¡¡¡Y la mayoría de las veces me dicen que sí!!! ¿Cómo puede ser? ¡Qué rabia! ¿Tanta mala suerte hemos tenido con Marina que somos LOS ÚNICOS del mundo que NO DORMIMOS por la noche?
Suena a queja.
Lo sé.
Los bebés no duermen. Necesitan el contacto con su madre. Necesitan comer cada pocas horas…
Quizás somos unos exagerados. Pero quizás no.
Y lo cierto es que a lo largo de la vida de Marina hemos intentado múltiples tácticas: cuentos, canciones, lucecita, a oscuras, en brazos, colecho, teta, bibi.
Todo lo hemos probado.
Y nada nos ha funcionado.
Pero seguimos intentándolo.
Y la última acción que hemos probado ha sido la de cambiar la cuna por una cama de 90. Sí, sí. De las grandotas. Así, cuando se despierta por la noche, o su papi o yo nos vamos con ella a su cama y, al menos, si ella no duerme, lo hacemos nosotros.
Pero cuando tuvimos la cama ya instalada en casa y la cuna desmontada se nos ocurrió la “genial” idea de mirar en internet opiniones respecto el cambio de cuna a cama. Y en muchos sitios decía que no era bueno porque se encontraban muy pequeños y desarropados en un espacio tan grande.
Así que la solución fue llenar la cama de cojines.
Y esto es lo que os voy a enseñar hoy.
Mi madre hizo una funda nórdicade pacthwork. Preciosa. Y yo aproveché para darle un toque con un cojín nube y otro cojín sol.
Tutorial para hacer cojines con formas
Material
- Tela estampada para la nube
- Tela color liso para los rayos de sol
- Plantilla de la nube
- Relleno para cojines
- Tiza de color
- Alfileres
- Hilo y aguja
- Tijeras
¿Empezamos con la nube?
- Dibujamos en un papel la forma que queremos que tenga nuestro cojín. Os podéis descargar la plantilla de la nube e imprimirla a la medida que os guste.
- Recortamos la silueta del dibujo.
- Doblamos por la mitad el trozo de tela que queremos que sea nuestro cojín. ¡Recordad: cara buena con cara buena.!
- Fijamos la plantilla a la tela con unos alfileres para que no se mueva. Calcamos la silueta a la tela con la tiza.
- Cortamos la tela dándole la forma que hemos dibujado. Lo hacemos de manera que dejamos 1 cm de distancia entre la línea dibujada y el corte.
- Cosemos las dos telas por la línea dibujada, dejando una pequeña abertura por donde daremos la vuelta al cojín y luego lo rellenaremos.
- Hacemos cortes pequeños a lo largo del contorno de la nube.
- Damos la vuelta a la tela por el trozo que ha quedado abierto.
- Rellenamos el cojín por la abertura. Nos tenemos que fijar de rellenar bien las puntas de las nubes, porque sino nos quedará una nube blandengue y nada bonita. Introducimos la mano por la abertura y vamos colocando el relleno en cada una de las puntas hasta que nos guste como queda.
- Cerramos la abertura haciendo unas puntadas a mano con punto escondido.
- Y ¡ya está!
¿Seguimos con el sol?
Para dibujar el sol, he utilizado como plantilla la base de una caja de galletas redonda. Podéis utilizar un compás, un plato, una tapa de una olla, una paella,…lo que sea que tenga forma redonda.
- Dibujamos la silueta del sol. Cortamos dos cuadrados de tela dónde nos quepa el dibujo y deje espacio para la costura (1 cm). En un cuadrado, reseguimos la silueta con la tiza por la cara buena. En el otro, lo hacemos por la cara del revés.
- Hacemos los rayos del sol.Cortamos cuadraditos de tela, tantos como rayos queremos que tenga el sol. Cuanto más grandes sean, más grandes serán los rayos y menos cuadraditos necesitaremos.
- Doblamos los cuadraditos por la mitad. Y volvemos a doblar por la mitad.
- Colocamos los cuadraditos alrededor de la línea dibujada en la cara buena de la tela. ¡Atención!, los tenemos que poner de manera que el vértice “amarillo” de la imagen anterior quede dentro de la circunferencia. Los fijamos con alfileres o haciendo unas puntadas con hilo de enhebrar.
- Colocamos la otra tela sobre la que estamos trabajando. Cara buena con cara buena, de manera que veamos la línea dibujada en el revés. Y cosemos por esta línea, dejando una abertura sin coser.
- Damos la vuelta al cojín por el trozo que ha quedado abierto. Veréis que si habéis puesto los rayos tal y como os he dicho, el vértice “amarillo” ahora estará a fuera.
- Rellenamos el cojín por la abertura.
- Cerramos la abertura haciendo unas puntadas a mano con punto escondido.
- Y ¡ya tenemos el sol!
Espero que os animeis a hacerlos, aunque no tengáis nuestros problemas de sueño.