DIY – Guirnalda de arpillera fácil y rápida
¡Muy buenas!
Estos días, poniendo un poco de orden en el caos de mi mesa de trabajo, me he encontrado con unos trozos de tela de arpillera que me habían sobrado de los regalitos de boda que preparé el mes pasado.
Evidentemente como buena enferma de Diógenes no lo iba a tirar, y entonces me acordé de una idea que me rondaba la mente desde hacía tiempo: probar a hacer una guirnalda en tela de arpillera.
Y de paso la aprovecharía para hacer otra mis cosas pendientes: mandarle una carta chula a mi cuñada que lleva viviendo en Düsseldorf casi dos años, así se que esta guirnalda sería para ella y llevaría nombre escrito.
Sin pensarlo dos veces saqué las tijeras y al tema. Y tan solo en tres pasos monté una guirnalda personalizada la mar de original:
1º Recortar Como aproveché trozos de tela que ya estaban cortados, hice triángulos de un tamaño medio tirando a pequeños, de unos 11 cm. de largo y 10 cm. de ancho.
2º Decorar Para escribir las letras y decorar utilicé chalk paint, pero con pintura acrílica o un buen rotulador también se podría hacer.
Utilicé el blanco para escribir las letras sobre la arpillera:
Y el verde menta para decorar los bordes del banderín:
3º Unir los banderines Con todos los banderines listos, lo siguiente es unirlos entre sí, y para ello utilicé cuerda de esparto o natural (no se cual es su nombre específico).
Bueno en este punto hice un paso extra, pero es que puesto todo junto no me gustaba el resultado… Así que pensé en darle un toque más de color y pinté la cuerda del mismo color del borde del banderín. Aunque más que un pintado fue un teñido: lo que hice fue diluir un poquito de pintura en otro poquito de agua, mojar toda la cuerda en el agua teñida y dejarla secar:
Mientras se secaba la cuerda, me dí cuenta de que el chalk paint de los bordes de los banderines, se había quedado durito, lo que evitaba que las hebras de la tela se soltasen, algo que en este tipo de tela es muy fácil que suceda. Así que apliqué cola blanca en el borde que no había pintado para evitar el deshilachado.
Y una vez con la cuerda y los banderines completamente secos monté la guirnalda. Pasando la cuerda a través de la tela con la ayuda de un ganchillo.
No me digáis que no ha sido «fácil fácil» y mirad lo mona que queda:
Creo que es una técnica perfecta para decorar una fiesta de cumpleaños o una mesa dulce, por ejemplo. Según el caso podríamos variar el tamaño de los banderines para hacerlos más grandes o pequeños según las necesidades e incluso en vez de utilizar cuerda para unirlos, usar un lazo de raso o algo similar. ¡Hay tantas opciones como imaginación!
Como os contaba antes, esta guirnalda se va para Alemania, pero no se va sola… Además preparé una tarjetita con los bordes decorados con acuarelas donde escribí una frase que sé que le gusta mucho:
Y ya que tenia las acuarelas en la mesa las aproveché para escribir la dirección en el sobre… se me ocurrió utilizar los colores de la bandera alemana para escribir la dirección:
Para darle más emoción cuando abra la carta, hice un sobrecito especial para meter la guirnalda, simplemente utilizando papel kraft y washi tape. Donde, of course, puse el sello del handmade:
Haciendo un recuento, ¡esto es todo lo que va a viajar hasta Alemania!
Ahora solo queda esperar a que cruce los Pirineos y llegue a su destinataria. ¡Espero que le guste!
¿Y vosotros aún escribís cartas «de las de antes»? ¿Con su sello, su remitente y su lengüetazo para cerrar el sobre?
¡Hasta la próxima!
M.
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