Cuando se tambalean los cimientos
Tengo una costumbre, una manía: todos los años hago una tirada de tarot. Mi churri y yo pasamos un buen rato pensando en nuestro presente, en el futuro, en nosotros mismos… y preguntamos…
Es un juego en el que las cartas siempre aciertan. Aquí nos ponemos en plan Matrix ¿Adivinó el oráculo que se iba a caer el jarrón o lo provocó con su predicción? El caso es que el jarrón se cayó y pasa lo que dicen las cartas. Quién sabe.
Este año, salió el arcano XIII. No se me asusten chiquillas, la muerte (irónicamente) no significa morirse.
Hace unos años nos vinimos a vivir a la sierra. Al principio recuerdo mirar por la ventana y sentirme la persona más feliz sobre la tierra. Fue un momento maravilloso, en una calle en la que no había ningún vecino, sin farolas, un cielo lleno de estrellas y una paz increíble. Montamos en el bajo nuestro estudio de sonido. Hicimos un trabajo e inversión tremendos, pero queríamos quedarnos aquí. Preparamos nuestro huertecito y a base de azada y tesón fui arreglando el terreno, pusimos nuestro número, la estufa…
Esto duró más bien poco. A pesar de las mil maravillas que tiene el campo, también tiene mil inconvenientes y a nosotros nos dejó de compensar cuando se empezaron a suceder, unos tras otros, vecinos muy molestos. Pero ya habíamos construido el estudio. Así que no dejábamos de barajar opciones, mientras nos amargábamos por lo que podría ser y no es.
En las lluvias de febrero, se nos inundó el estudio… Ya está, esto va a ser ¡la carta! Pues no. un mes más tarde y al cumplir los tres años de contrato nos echan. Con un burofax, el propietario nos comunica que no quiere seguir alquilando.
La carta de la muerte, como la definió mi progenitora cuando le conté todo, es la que hace que se tambaleen los cimientos. Aquello en lo que ni pensabas, porque dabas por hecho, se te va al garete. Aun así, no es una carta mala. Se pasa mal, es un trago amargo y muy duro, pero la carta está llena de otras señales más sutiles y no hay suelo más fértil que aquel que ha sido arrasado.
Así están las cosas y por eso he hecho este parón, esto está siendo tremendo. Buscar un sitio nuevo dónde vivir, mudarnos, reubicar el estudio, coger todos los planes que hemos hecho a largo plazo y amoldarlos, cambiarlos… o tirarlos y hacer nuevos…
¡Agárrate porque vienen cambios!
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