Cómo renovar una camarera vintage
Un camarera plegable, típica de los años 60-70, es uno de los varios artilugios vintage de herencia familiar que atesoro.
La conservo por varios motivos, es muy práctica a la hora de servir y quitar la mesa, te ahorra unos cuantos viajes, sirve como mesita supletoria cuando la mesa está atiborrada de cosas y no cabe ni el pan, las bebidas….y lo más importante para mi, me trae el entrañable recuerdo de mi padre, inseparable de ella en cualquier celebración familiar.
Aunque le tengo mucho cariño, y le damos mucho uso, la verdad es que muy atractiva a la vista no resulta, por lo que me pareció la pieza perfecta para tunear en un nuevo desafío de Handbox para presentar la gama de nuevos productos DECO de pinturas La Pajarita.
De la variedad de sus nuevas pinturas, yo he probado la Gloss PAINT. Es un esmalte al agua superbrillante, y aporta un aire retro muy genuino.
Empecé por limpiar bien la pieza con un trapo empapado en alcohol para quitar cualquier resto de jabón, y con cinta de carrocero cubrí las partes del hierro cromado susceptibles de sufrir algún desliz del pincel (mejor dicho, de mi mano, jajaja).
Directamente sin imprimación, le dí dos manos del color “Sometimes”. Entre capa y capa respete el tiempo de secado recomendado por el fabricante, 6-8 horas.
Como la idea que tenía es que no perdiera la esencia de los años setenteros, opté por pintarle un estampado geométrico, por cierto todo vuelve, porque tanto éste tipo de estampados como la camarera son última tendencia en decoración.
La ocurrencia era buena, pero llevarla a la práctica requiere de una infinita paciencia. Me imaginé múltiples formas, pero al final decidí que la menos complicada era hacer cuadros. Y con cinta métrica en mano, regla, lápiz, y washi-tape de 5mm., tracé líneas, y más líneas y dejé la superficie preparada para dar color.
Después del agobio que supuso la composición del diseño, ¡cómo disfruté pintando!. Los colores usados son “Dark Green”, “Rojo Emperador”, y “Ocean”.
Y todavía disfruté más, cuando tras esperar el tiempo de secado retiré todas las cintas y vi el resultado.
Para terminar, faltaba por pintar la parte posterior de las bandejas. Les di dos manos con “Rojo Emperador”, un color muy chillón, vivaz, y retro total.
¿Qué me dices?, ahora ya es más agradable de mirar, ¿verdad?.
Además de transportar, también pueden servir como aparador móvil. La utilidad, la función, y su decoración quedan al libre gusto e imaginación de cada uno.
Y tú, ¿has tenido o tienes una?, ¡cuéntame, cuéntame!
¡Hasta pronto!
Un abrazo.
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