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Cómo quedaría un bote de galletas si fuese a un programa de cambio de imagen*

El título del post de hoy me lo dio #laniña al ver el «antes y después» de un bote de galletas. Dijo: «¡Walaaa mamá, parece como si hubiese salido de un programa de esos que cambian a la gente!«. Le di la razón. Muchas veces nos quedamos en el exterior y se nos pasa el potencial que hay detrás de cada persona (y de cada objeto). La buena noticia es que hacerlo salir es más fácil de lo que parece porque muchas veces sólo hay que cambiar algún detalle.
Puedes comprobarlo en este DIY, donde un bote de galletas ha pasado de ser un culturista hortera (espera a ver las fotos del «antes») a convertirse en un apuesto caballero, gracias a un sencillo pliego de papel:
Así era cuando mi amiga Iraima lo dejó en mis manos. Me contaba que es de su novio y que no se explicaba por qué lo conservaba, porque a ella le hacía atragantarse el desayuno cada mañana:
 Aquí va el resumen de cómo le cambié la cara:
MATERIALES QUE NECESITARÁS:
Bote de galletas.
Papel o servilletas. Yo utilicé un papel que tiene una textura muy suave, imitando una hoja de periódico. En realidad, es el mantel que ponen en El Pozu cuando te sirven una de sus deliciosas hamburguesas. Me oyeron decirles a mis amigos que no manchasen los suyos porque quería utilizarlos en un DIY y como son más majos que las pesetas y súper atentos, no dudaron en darme unos cuantos.
Pegamento y barniz mate para decoupage.  Con lo fan que yo soy de la cola blanca, tengo que decir que ha sido un acierto utilizar materiales específicos para la decoración con papel.

Imprimación. Para dar una mano previa y que el pegamento haga bien su trabajo.

Brocha/s, tijera, cúter.

DECORAR EL BOTE DE GALLETAS (5 PASOS):

# Paso 1. Limpia toda la superficie con amoníaco o alcohol para eliminar cualquier rastro de suciedad y que la imprimación se agarre mejor.

# Paso 2. Marca con un rotulador hasta dónde llega la tapa y quita la decoración original con un cúter. Si lo haces despacio y con cuidado, no quedan marcas en el metal (aunque hay que tener mucha paciencia). Yo lo hice porque tengo la experiencia de que si pintas encima, añades grosor y eso dificulta poner y quitar la tapa, además de que la pintura acaba manchada y con rozaduras:
 

# Paso 3. Da una mano de imprimación al bote y a la tapa. Utilicé la misma que la estantería forrada de papel pintado de #laniña (aquí), y se nota. Si lo necesitas, pon cinta de carrocero en los bordes para no pintar las partes que no llevarán papel:
Insistí especialmente en la tapa, porque en la parte de arriba tiene una forma rara que hacía difícil ponerle papel, para dejarlo solamente con la pintura y ahorrarme ese sufrimiento:
# Paso 4. Cuando la imprimación esté bien seca, pega el papel con el pegamento especial para decoupage. En un principio había pensado utilizar cola blanca, pero tenía dudas de cómo quedaría el papel, que tenía una textura con la que nunca había trabajado. Así que fui a lo seguro y compré un pegamento y un barniz específico para él:

Tengo que decir que me alegro mucho de haberlo hecho así porque el pegamento es tan potente, que parece que el bote esté pintado, más que con un papel encima. 
Si no lo has usado nunca, no te asustes si después de pegarlo queda con una apariencia rara, como grumosa o algo así, porque una vez seco se verá perfecto:

# Paso 5 (y último). Una vez seco el pegamento, da varias manos de barniz para proteger el papel de golpes, arañazos, etc. Cuantas más manos des, más fuerte será ese escudo. 
La única recomendación es dejar secar bien entre capa y capa. Y lo mismo que con el pegamento, si después de cada aplicación el papel da la sensación como que destiñe, no te preocupes porque luego queda perfecto:

Me encanta el resultado, porque parece otro, y me encantó dárselo a mi querida Iraima porque puso una carita de alegría que lo decía todo.

Quiero acabar el post retomando la reflexión que hacía al principio, sobre el potencial que tenemos todos y que está más o menos camuflado en miedos, inseguridades y complejos. Si yo con una simple hoja de papel he transformado un bote de galletas, ¿Qué no se podrá lograr con una persona?

Y como una imagen vale más que mil palabras, quiero compartir contigo este vídeo que a mí me sigue emocionando independientemente de las veces que lo vea. En él Andrea Villalonga hace su magia con unas personas que bien podrían ser cualquiera de nosotros (para verlo, en su página desliza el cursor hacia abajo). 

* Post patrocinado por El Pozu.

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