Cómo planificar la reforma de tu vivienda y ahorrarte disgustos

Hacer reformas en casa es algo que suele alterar nuestra vida diaria. A los problemas habituales de ruidos, polvo y desorden generalizado, se unen otros inconvenientes que pueden convertirla en una pesadilla. Planificar la reforma de tu vivienda evitará muchos contratiempos y disgustos innecesarios.

A veces por ganas de renovar y otras por necesidad, nos planteamos la remodelación total o parcial de nuestra vivienda. Llegado ese momento, surgen una cantidad de dudas sobre materiales, profesionales, presupuestos, etc., que pueden llegar a saturarnos antes de ni siquiera comenzar.

Por dónde empezar a planificar la reforma

La mejor forma de convertir una reforma en algo interminable, es ir improvisando sobre la marcha. Una buena planificación nos ayudará a tener una hoja de ruta y a prevenir posibles imprevistos. Si no sabes por dónde empezar, esta guía te ayudará a marcarte un orden.

Qué vas a reformar

Antes de comenzar, ten muy claro qué partes de tu vivienda vas a reformar. Suele ser habitual que una vez metidos en obras, éstas se extiendan a otras estancias que no habías previsto inicialmente. Pensar aquello de “ya que estamos, aprovechamos para…”, conlleva a:

• Obras que no terminan nunca
• Mayor probabilidad de problemas imprevistos
• Quedarnos sin presupuesto

Por esta razón, el primer paso consistirá en coger papel y bolígrafo y apuntar todo lo que te gustaría cambiar. Anota también la prioridad de cada partida:

• ¿Qué es lo más necesario?
• ¿Es una mejora estética o funcional?
• ¿Se puede posponer o es urgente?
• ¿Cuánto va a mejorar tu calidad de vida?

De esta forma, una vez tengas los presupuestos y tiempos de ejecución, podrás valorar mejor la viabilidad presupuestaria de la reforma.

¿Cuál es tu presupuesto?

Tanto si cuentas con dinero ahorrado como si has de solicitar financiación, resulta fundamental saber la cantidad de dinero que puedes dedicar a la reforma. Este dato será un factor decisivo a la hora de seleccionar a un profesional, así como para valorar las estancias de tu vivienda que vas a poder renovar.

Por otra parte, una buena planificación te ayudará a prevenir gastos extras, pero aun así pueden surgir. En muchas ocasiones durante las obras aparecen vicios ocultos que aumentan el coste final. Precisamente, al ser ocultos son imposibles de predecir y suelen requerir un esfuerzo económico extra.

En estos casos, existen empresas que ofrecen créditos al instante para que obtengas en un tiempo récord la financiación que necesitas. Si además recurres a un comparador de productos financieros -como por ejemplo, Credy24-, podrás encontrar la opción más ventajosa para tu bolsillo.

También te interesa conocer las subvenciones destinadas a reformas de la vivienda. Para ello puedes consultar el Plan de Ayuda a la Rehabilitación de Edificios, o las ayudas que se ofrecen a través de las comunidades autónomas o ayuntamientos.

Elegir a un profesional

Sabiendo qué quieres hacer y cuánto puedes invertir, puedes lanzarte a solicitar presupuestos y elegir un profesional.

Aunque el precio influye, no siempre lo barato es la mejor opción. Debes tener en cuenta que el mejor presupuesto no es el más económico, sino el que tiene una mejor relación calidad/precio. Por esta razón, se ha de elegir en función de la profesionalidad y la calidad del servicio. Para ello, hay que evitar profesionales que no ofrezcan unas garantías mínimas sobre:

• Periodo de ejecución de las obras
• Calidad de los materiales y acabados
• Corrección de defectos y problemas de uso diario tras la reforma

Lo más conveniente es recurrir al “boca a boca“, preguntar a familiares, amigos y conocidos por una empresa o profesional recomendable. Una vez encuentres el que necesitas, asegúrate que obtener un presupuesto sellado o firmado y lo más detallado posible. Evitarás malentendidos y disgustos.

Permisos para reformar la vivienda

Cuando tengas la hoja de ruta de tu reforma totalmente estructurada, debes informarte de los permisos necesarios para llevarla a cabo. Las licencias variarán según el tipo de obra:

• Obras menores: incluye las reformas en baños, cocina, pavimentos, alicatados, etc.
• Obras mayores: cualquier obra que requiera un cambio estructural de la vivienda o la apertura de puertas y ventanas que den a la calle.

En el Ayuntamiento de tu municipio te asesorarán sobre la documentación que debes aportar y el coste de la licencia. Otra opción consiste en encargar este servicio a la empresa que va a llevar a cabo la reforma. Resulta más caro, pero a veces compensa verte liberado del papeleo.

Cuándo empezar la reforma de tu vivienda

• Es probable que las obras duren más de lo acordado. Tenlo en cuenta a la hora de elegir la fecha de inicio.
• Evita periodos de estrés en el trabajo o de exámenes de tus hijos.
• Hay ciertos trabajos más adecuados para realizarlos determinadas épocas del año (climatización, pintura, etc).
• Coordina tu disponibilidad con la del personal que contrates.
• Ten en cuenta que puede haber retrasos en la iniciación debido a los trámites burocráticos.

No olvides…

Por último, hay una serie de buenas prácticas que no debes olvidar, como por ejemplo comunicar el inicio de la remodelación a los vecinos. Evita situaciones que puedan resultar molestas para la convivencia, como la suciedad en zonas comunes provocada por las obras.

También te conviene concienciarte del estrés que supone cualquier renovación del hogar. Intenta pensar más en los beneficios que en sus inconvenientes, te ayudarán a no dejarte llevar por la tensión y el mal humor.

Mi experiencia personal es que, por mucho que planifiques, siempre puede surgir algún imprevisto. En estos casos, respirar hondo y contar hasta diez a veces funciona, pero lo mejor es que seas flexible. Conciénciate desde el primer momento de que no siempre lo que deseas es lo que va a ser.

Espero que todos estos consejos te sean de utilidad en la planificación de la reforma de tu vivienda. No te evitarás las molestias de los ruidos o el polvo, ni las incomodidades de ver tu espacio invadido, pero sí te ayudará a sobrellevarlo y te ahorrará disgustos innecesarios.

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