Cómo hacer una corona de Navidad
El fin de semana os lo adelantaba en Instagram y hoy por fin a estas horas puedo publicar el post y sin que sirva de justificación por causas ajenas a mi voluntad que mira que hay días en el calendario pero tenía que ser hoy (ayer) cuando al ordenador le da por marcarse un bloody monday y tragarse todo lo que tenía y negarse a escupirlo, a lo cual yo en principio no pondría ninguna objeción si no fuese porque entre las cosas fagocitadas estaban las fotos del post de hoy (ayer). De la mañanita que me he pasado aporreando teclas mejor no cuento nada porque total para qué.
Y un par de formateos y una copia de seguridad después aquí os traigo el tutorial para hacer una corona de Navidad como esta que ya adorna nuestra puerta.
Es una corona muy económica porque está hecha con materiales reciclados y reciclables; para la base utilicé lavanda que cogí en un jardinillo que tenemos camino del colegio y también ramas de los arbustos que hay en el parque donde la niña va a columpiarse de noche cerrada cuando sale de la extraescolar de turno y que en esta ocasión me vino de perlas porque no se me veía tan claramente haciendo el cafre tirando como una mini Hulk para cortarlas, que viéndolas aquí no lo parece pero os aseguro que si las han plantado en la calle es porque nadie podría llevárselas aunque quisiera porque están tan duras que o vas con una motosierra o te dejas allí los escafoides.
No os cuento el rato que pasé para pelar cuatro contadas y el precio que pagué por ellas, que me corté un dedo y me pasé dos días con la mano teñida de verde y oliendo a ambientador de pino. Además cogí ramitas de otro seto pero al final no las utilicé porque apenas destacaban sobre las otras.
En esta foto podéis ver los materiales principales para hacer la corona navideña: alambre y ramas.
El resto de elementos, las cintas dorada y roja y el cordón los tenía por casa y la estrella ya la conocéis porque es la prima de estas otras que os enseñaba aquí.
El primer paso es hacer la base con el alambre del tamaño que queramos darle a la corona. El que yo tenía era fino porque queda más disimulado para sujetar las ramas pero también es bastante endeble, así que le dí dos vueltas para ganar estabilidad a la hora de ir añadiendo elementos. Otra opción es usar un alambre más grueso.
Una vez que tenemos la circunferencia de alambre vamos añadiendo las ramas. Yo recomiendo ponerlas cortas porque son más fáciles de adaptar a la forma redondeada. Las sujetáis por los extremos y las enrolláis en la base como se ve en las fotos y vais poniendo una a continuación de otra procurando que no queden espacios vacíos.
No os preocupéis por ocultar el alambre porque entre que es fino y que vamos a poner varias capas de ramas apenas se notará. Si aún así queréis que no se vea nada hay alambre de color verde y si no, también se puede forrar con una cinta autoadhesiva (tela de celo floral) que se vende en las floristerías.
Este es el aspecto que tiene después de poner las ramas de pino. El grosor irá en función del gusto de cada un@, yo no la hice muy voluminosa porque no estaba segura del peso que podría soportar el enganche en la puerta.
A continuación seguí el mismo proceso y puse la lavanda. Me gustaba que se viese que estaba encima y no mezclada así que lo hice en dos pasos, primero el pino con sus respectivos alambres y luego la lavanda, pero si no os importa conseguir ese efecto podéis ponerlo todo junto y ahorraros la segunda vuelta.
El último paso es el más creativo porque se trata de darle color con los adornos. Una vez más aquí entran en juego la imaginación y las preferencias de cada un@. Yo utilicé una cinta estrecha de color rojo y para realzarla la bordeé con un cordón claro. Tenía muchas dudas sobre qué otro adorno poner y al final me decanté por una estrella de tela que sujeté con una cinta dorada que había venido envolviendo una caja de bombones.
Para sujetarla a la puerta utilicé velcro autoadhesivo.
Me gusta mucho cómo ha quedado porque es sencilla y bonita a la vez y una vez puesta en la puerta no queda recargada. Otro punto a su favor es que entre el pino y la lavanda huele genial.
Una duda que tenía era cómo envejecería porque las ramas son naturales y al secar temía que amanecería cada día con una capa de agujas en el felpudo pero he de decir que hasta el momento (van seis días) sigue tan verde y tan fresca y lozana como cuando la hice.
Si os animáis y hacéis una mandadme fotos para compartirlas.
¡Feliz inicio de semana!