A veces tienes suerte y topas con un colegio estupendo, con profesores motivados que hacen mucho más que seguir una simple planificación de lecciones. A veces tienes mucha suerte y en la vida de tus hijos, en la tuya, aparecen profes como Lucía, «la profesora alucinante», como la definió Malena el primer día de colegio.
Tener alguien así en la vida de tus hijos es impagable. Mi hija quiere ser profesora como Lucía, quiere viajar a Asia como Lucía, quiere llevar flores en el pelo y hacer scrapbooks de viajes como Lucía :-). Y yo no puedo estar más agradecida de que tenga un modelo tan bueno, porque el colegio y Lucía fue uno de esos regalos inesperados que nos trajo
Madrid.
Y resulta que la profe Lucía se casa, y a una profe «alucinante» que se casa había que prepararle una fiesta en condiciones. Así que toda la clase se puso a ello, en secreto, y con un grupo de whatsupp (que manejan los niños, no los padres) han ido organizado todo. Que todos fuesen de blanco, un power point con sus fotos, quien iba a llevar los refrescos, quien iba a preparar una tarta… Vamos, unos weading planners diminutos muy, muy eficaces :-).
Y a nosotras nos tocó preparar la tarta de chuches, que según la idea de Malena tenía que ser muy blanca y muy rosa… No deja de ser curioso es que con todas las chuches que han pasado por esta casa y nunca habíamos preparado tartas… hemos hecho ramos,
macetas,
piruletas, tiovivos,
arbolitos, de todo, menos tartas.
Así que hoy en el blog, la tarta de boda (pre boda) blanca y radiante para la profe Lucía!!
Si queréis hacer una igual, vais a necesitar un montón de chuches (yo las compro en un distribuidor tanto en Galicia como en Madrid, así las puedo comprar en bolsas de kilo, si queréis direcciones, enviarme un mail). Para esta tarta compramos un kilo de nubes blancas (sobró un tercio), un kilo de nubes violetas en forma de bola (que usamos prácticamente todas) un kilo de corazones y 200 gr. de margaritas.
Y por supuesto corcho blanco, nos costó mucho encontrar corcho que tuviese bastante volumen de alto, porque los que venden para tartas para mi gusto se quedaban muy achaparraditos, y nuestra idea era hacer una tarta bien alta. Así que la solución/truco fue comprar dos sets de tarta redondos y colocar en el medio de cada piso un trozo de corcho (no necesariamente redondo). En la foto lo veréis mejor:
La idea era conseguir más altura y funcionó!. Una vez hechos los pisos, los cubrimos como siempre con papel de seda (y ya no se nota el truco del corcho desigual..):
Ya tenemos la estructura, así que queda lo más divertido, empezar a colocar las chuches. Si no tenéis una idea clara de cómo va a quedar, no pasa nada, podéis ir haciendo combinaciones sin pincharlas y cuando lo tengáis claro, empezáis a pinchar con palillos. Nosotras empezamos por la parte superior de cada piso, nos parecía más sencillo:
El siguiente paso es cubrir los laterales. Como teníamos claro que el blanco tenía que ser el color predominante, estaba claro que era el lugar de las nubes:
Para acabar, las coronas de corazones y flores para darle algo más de vida:
Como último paso, colocamos unas cintas de papel blanco (la típica cinta para empaquetar regalos) para tapar los agujeros de los palillos de las nubes:
Y como una tarta de boda, no es una tarta de boda sin un buen topper, después de ver muchas ideas en Pinterest, nos decidimos por este. Con unas cartulinas y unas brochetas preparamos el cartel y con un poco de alambre y unas estrellas troqueladas, hicimos que la tarta aun fuese más alta 🙂
En cuanto acabéis hay que forrarla con celofán y aseguraros bien de que queda bien cubierta. Si no está acabada y vais a seguir más tarde, cubridla con papel de plástico transparente, si no, las nubes se quedarán tiesas :-).
Os aseguro que la tarta duró bien poco y que no quedó ni una sola chuche, así que creo que conseguimos el objetivo, una tarta alta, muy blanca, muy rosa y sorprender a la profe Lucía 🙂
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