Chal Cheri Chevron
Venga, que ya llevamos medio mes de este año y aun no me había asomado por aquí. Sigo con mi propósito de ponerme al día con el blog, hay muchas cosas que tengo pendientes de enseñaros y contaros su historia. A ver si poco a poco voy sacando ratitos para sentarme a escribir. Y si no, pues habrá que resignarse y nos tendremos que conformar con versión reducida que os enseño en Instagram. No es lo mismo, lo sé, a mí me encanta enrollarme y contaros mil anécdotas, pero como ya os tengo dicho en más de una ocasión, el tiempo es el que es y no se puede estirar.
La primera publicación de 2019 fue el regalo de cumple de mi madre del año pasado y este año empiezo de la misma forma, con el regalo de cumple de mi madre. Como ya sabéis, está de cumpleaños el día de Navidad y desde hace unos años suelo hacerle algo a mano para ese día. Es mala fecha para estar de cumpleaños porque o bien se olvidan de ti, o te toca un regalito menos porque como ya viene Papá Noel ya tienes regalo, ….
Antes le pedíamos a Papá Noel que se esmerase un poco y le trajera un regalito mejor para ella para compensar que está de cumple y porque se lo merece, claro. Pero ahora hay niños pequeños en casa y todos sabemos lo mucho que les gusta ayudar a soplar las velas y a abrir los regalos de los demás y eso de que haya una tarta de cumple sin regalo no puede ser de ninguna manera. Así que aprovecho para hacerle alguna cosilla de regalo de cumple.
Echando la vista atrás para recordar los regalos de años anteriores parece que le estoy llenando el armario de chales. El primera chal que le regalo fue uno de punto bobo con un borde de piquitos que nunca enseñé ni por aquí, ni en Instagram ni nada. ¿Por qué? Pues no es porque no me gustara, es básicamente porque cuando lo hice no tenía nada de esto. Pero los siguientes sí que os los fui enseñando, el chal Lucy Lace y el chal Elise los tenéis en el blog. No sólo de chales vive mi madre, jajajajaja, y un año le hice un bolso tipo tote bag, ¿os acordáis?. El regalo del año pasado fue el famoso gorro sesgado, que me dio un poquillo de guerra, pero mereció la pena y el regalo de este año es un Chal Cheri Chevron.
Me había sobrado una madeja de Mohair verde después de hacer mi Jersey Hardy cuando Loli recibió en la tienda unos ovillos maravillosos de Mohair de Kremke Soul Wool y los enseñó en su cuenta de Instagram combinados con unas madejas preciosas Malabrigo Sock. Por cierto, ¿os he dicho que ya tiene tienda online? Pues sí, ya podéis comprar en LolaHilos las lanitas de vuestros proyectos viváis donde viváis y sin salir de casa.
Andaba yo dándole vueltas a cómo combinar todo eso cuando me enseñó un chal precioso que se acababa de hacer. Un Chal Cheri Chevron en tonos verdes que combinaba lana con Mohair. Me encantó. Y al más puro estilo del culo veo culo quiero me decidí a copiárselo. Ya tenía regalo de cumple para mi madre.
Para tejer el chal de mi madre usé la madeja de Valeria di Roma Mohair suave (color 167), una madeja de Kremke Soul Wool Silky Kid (color 088) y una madeja de Malabrigo Sock (color 734 disfraz). Me sobró un poco de cada madeja. Si queréis ver la cantidad exacta que necesité de cada hilo podéis consultar las notas del proyecto en mi cuenta de Ravelry.
El Chal Cheri Chevron es un diseño de Ambah O»Brien. El patrón es de pago y lo podéis comprar en Ravelry pulsando AQUÍ.
El chal no tiene ninguna complicación para tejer, es bastante repetitivo y no tiene puntos complicados. Colocando unos marcadores en el sitio adecuado ya no tienes ni que contar para saber cuándo toca aumento o disminución para conseguir el chevron.
Yo sólo le pongo una pega, hay que rematar muchas hebras. Por más vueltas que le di antes de empezar a tejer y mientras iba tejiendo no encontré forma de llevar las hebras del hilo que no tejes hasta la siguiente sección, así que en cada cambio de franja hay que cortar. En el primer cambio también probé a esconder las hebras al mismo tiempo que iba tejiendo, pero no me gustó mucho el resultado así que no me quedó otra opción más que rematar todas las hebras al terminar. Con lo mucho que me gusta a mí eso de rematar hebras, disfruté como una enana, jajajajaja.
La recta final del chal fue un poco agobiante, la verdad, pensé que no lo iba a tener listo. Me lancé a hacer un montón de cosas en diciembre, no calculé bien los tiempos y llegué por los pelos. Mi madre cumple el día de Navidad y lo terminé el día anterior antes de salir para la cena de Nochebuena. Más no se podía ajustar. Lo bloqueé y lo dejé en el medio de la cocina toda la noche. Al día siguiente por la mañana tuve que ayudarlo un poquito con un secador porque no se había secado del todo. Pero mereció la pena. El chal fue todo un éxito. A la cumpleañera le encantó y pudo presumir con sus amigas, a las que también les gustó mucho el chal.
Como quedan unos rabos un poco largos le hice unos nudos en los extremos. No es idea mía, también lo copié. Este mundo es así, culo veo culo quiero. Siempre. Y como me sobró lana hice una borla y se la puse en el pico central.
Si buscáis inspiración para tejer podéis ver más versiones de este chal en Ravelry, consultando los proyectos enlazados con el patrón, y en Instagram, buscando el hashtag #cherichevronshawl.