Blusa roja de lino
Parece que tenemos una nueva estación, el veroño. El buen tiempo se mantiene y me permite seguir disfrutando de mi blusa roja de lino.
Hace unos meses mi madre decidió que ya era hora de hacer limpieza en casa y metió en bolsas un montón de ropa que habíamos ido acumulando a lo largo de los años. Me avisó de que me pasara por allí por si había algo que quisiera rescatar. Estuve viendo en las bolsas y la verdad es que había auténticas reliquias, jajajaja. Madre mía, hay que ver lo que no vestíamos hace años, menudas pintas llevábamos. Pero claro, eso lo pienso ahora porque en aquel momento era lo más normal del mundo.
De todas las prendas que había en las bolsas rescaté unas cuantas para darles una segunda oportunidad con alguna modificación. Me llevé de casa de mi madre una bolsa de ropa con varias prendas, pero por ahora sólo he transformado un vestido en la blusa que os enseño hoy. Así que ya veis, antes la ropa ocupaba sitio en casa de mi madre y ahora lo ocupa en la mía. Algo falla, tengo que plantarme seriamente si de verdad voy a hacer algo con todas esas prendas o lo mejor será tirarlas o donarlas, que no se puede guardar tanto. Seguro que más de una vez habréis oído hablar de un tal Diógenes, pues ése y yo debemos ser primos hermanos.
La primera prenda que transformé para darle una segunda oportunidad fue este vestido rojo de lino.
Creo recordar que es de cuando estaba en la universidad. Ya llovió bastante desde entonces, jeje. Es un vestido sencillo, de lino, con tirantes y una especie de mandil que ata en la parte de atrás. La tela estaba bien y el rojo me chifla así que decidí que empezaría por él nada más rescatarlo.
Ya le había echado el ojo a esta blusa de Oh mother mine DIY así que no había mucho que pensar. Saqué el patrón, lo dispuse sobre la tela del vestido intentando aprovechar en la medida de lo posible el bajo porque ya tenía el dobladillo bien hechito y me lancé a coser.
La costura es muy sencilla. Dudé entre rematar el escote con bies o hacer las vistas como propone Marta y finalmente me decanté por las vistas porque son casi como un forro y es difícil que se salgan. Si fueran vistas normales habría optado sin dudarlo por el bies.
¿Os habéis fijado en el escote? Pico por delante y pico por detrás. Me chifla. Me encantan estos escotes en pico abiertos y pronunciados. Hay que tener un poco de cuidado para no enseñar más de la cuenta, sí, pero bueno, lo que van a comer los gusanos que lo disfruten antes los humanos ¿no?
Ay madre, qué arrugaíta salió en las fotos, pero después de toda la tarde de paseíto y terracita no podía ser de otra forma.
Para los tirantes da dos opciones, o bien hacerlos normales sin lazo ni nudo ni nada o bien hacerlos largos y atar con una lazada. Mi tela es bastante tiesa y la lazada me quedaba disparada así que finalmente opté por lazos zapateros. ¿Se llaman así? Corté dos rectángulos de tela para sujetarlos en el centro y ahora ni se disparan, ni se desatan ni se mueven. Están siempre en su sitio.
¿Qué os parece? ¿Os ha gustado la transformación?
Aprovecho que es miércoles para enlazar con #MiMi, la nueva cita de costura egoísta, la búsqueda de «inspiración» y el CVLQ organizada por El Club de las Malas Costureras.
¿Creéis que esta blusa me valdrá para participar en el reto ¿Qué prendas necesito? que organiza «Costura, moda y lo que caiga«?
Tengo otra monísima esperando por la sesión fotográfica y otra más recién cortada, pero con esas no sé si llegaré a tiempo.