Banderines de tela con nombre
Es un tipo duro al que le gusta marcar las distancias, pero como ocurre con los chicos malos nos tiene a todas las féminas de la familia loquitas por sus huesos. Y él lo sabe, claro que lo sabe. Sobre todo desde que le salieron los dos paletos de arriba, es echarte una de esas sonrisas y te entran ganas de llevártelo a tu casa. No me lo envuelva que me lo llevo puesto. Como si nosotros no hubiésemos tenido bastante ya con la prima.
Los padres se lo curraron bien e hicieron el convite en la casa del pueblo de los tíos-abuelos, patio enorme, cáterin de lujo y sidra de casa. Ellos dicen que no quisieron complicarse y que prácticamente fue improvisado, pero que eran las doce de la noche y que no había forma de sacarnos de allí da una idea de lo bien que estuvo todo.
Entre otras cosas, uno de los regalos fueron estos banderines que forman su nombre: