Bandeja decorada, cómo proteger un transfer con resina
Hasta ahora para proteger un transfer solo habíamos usado barniz o cera (Si quieres ver más post sobre transfer, pincha AQUÍ). Como sabéis ambas alternativas sirven tanto para que la imagen gane nitidez como para protegerlas. En el caso de la cera, el efecto siempre es más envejecido, aunque por contra podemos emplear ceras teñidas de colores para modificar el color de la imagen. Ahora queremos dar un paso más y darle un efecto cristalizado a nuestros transfer. Se trata de que parezca que hemos colocado un cristal sobre la imagen, aunque en realidad no lo hagamos. En el post anterior, os empezamos a explicar qué es esto de la resina. Se trata de un material que encontramos en formato líquido y que al mezclar con el endurecedor crea una capa transparente, pero sólida. En definitiva un efecto acristalado. Como acabamos de empezar a curiosear con este material queríamos ver cómo se comporta en diferentes superficies. Hoy os contamos cómo proteger un transfer con resina y todo lo que nos ha sucedido en el proceso. Voy avisando que este efecto a cristal roto que nos ha quedado ha sido un accidente. Nosotros os lo contamos y vosotros valoráis si os apetece aplicarlo a algunos de vuestros trabajos.
Materiales
- Pintura de tiza en spray PintyPlus.
- Líquido de transfer.
- Lámina para hacer transfer.
- Barniz mate al agua de PintyPlus.
- Resina de poliéster de Leroy Merlin.
Paso 1: Cambio de color de la bandeja
Volvemos una vez más a tirar de la pintura de tiza para decorar nuestra bandeja. Hemos elegido un gris muy claro.
Paso 2: Hacemos el transfer
Aquí nos surgió una pequeña duda. El papel que queríamos usar puede cortarse y pegarse directamente sobre la superficie o puede emplearse el reverso de la lámina para hacer un transfer. Ya os hemos contando que son hojas que tienen el mismo dibujo por las dos caras: uno del derecho y otro del revés. Y ante tantas posibilidades no entraron las dudas: pegamos o transferimos. Pegado se notaban mucho los bordes, así que decidimos transferir.
Dimos una capa de líquido en la superficie y otra en la hoja. Colocamos sobre la bandeja, aplicamos calor con un secador y levantamos la celulosa con un poco de agua. Mojamos los dedos y vamos presionando sobre el papel para quitarlo y quedarnos sólo con la tinta. Dejamos secar, volvemos a pasar el dedo mojado y volvemos a dejar secar. Para rematar aplicamos una capa de barniz en spray.
Paso 3: Echamos la resina de poliéster
Cómo proteger un transfer con resina es muy sencillo. Normalmente nos vamos a encontrar que las resinas vienen con dos componentes: el líquido y el endurecedor. Hay que echar cuentas antes de hacer la mezcla, ya que es importante mantener la proporción que nos indica el fabricante. Lo habitual es que pongamos muy poca cantidad de endurecedor para mezclar con el líquido. Removemos muy bien y echamos sobre la bandeja. Lo contábamos ayer, pero insistiremos. El olor de la resina es muy fuerte. Realmente más que desagradable, que lo es un poco, es muy intenso y se extiende mucho. Por eso os recomendamos siempre hacer este tipo de trabajos en espacios al aire libre o muy bien ventilados.
Como queríamos hacer pruebas e ir viendo resultados. Lo que hicimos es llenar la bandeja y colocar dentro, antes de echar la resina, algunos objetos con la intención de observar cómo reaccionaban. En la parte de abajo colocamos una puntilla para ver si la resina afectaba al hilo. Mientras que en la esquina pusimos una llave para observar qué pasaba con el metal.
La resina de poliéster tiene un color muy amarillento que puede ser interesante para trabajos de aspecto más vintage, pero estamos investigando porque creemos que la resina de vidrio tiene un acabado igual de transparente, pero incoloro.
Paso 4: Aplicamos calor
NO se aplica calor a la resina de poliéster. Esto queremos dejarlo claro y remarcar que en nuestro caso lo hicimos por ver qué pasaba. Y lo que pasó es que la resina se rompió…
Cuando mezclas y echas la resina ella sola se seca. Insisto, que estamos hablando de la resina de poliéster en concreto. Así que metimos un poco la pata y esto es lo que salió. Otra cosa importante, que fue una equivocación por nuestra parte. Cuando haces la mezcla tienes que estar bien espabilado/a y remover rápido. Nosotros nos pusimos a mover botes y cuando quisimos darnos cuenta el endurecedor no se deshizo bien y por eso aparecen un montón de manchitas rositas. Como véis es un pequeño desastre de proyecto, pero queríamos compartirlo para que si no queréis no cometáis los mismo errores.
Y con esta bandeja nos sumamos a los Findes Frugales de Marcela.
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