Aprendiendo de todo un poco: antes y despues con pintura
Hoy tenemos una cita importante: el reto mensual de nuestra amiga Anna, del blog De todo un poco. La merecidísima triunfadora del mes pasado fue Coral (Rincón de Coral), con la espectacular transformación de una mesilla en una cocinita de juguete, que podéis ver aquí si os la perdisteis entonces.
Y como corresponde a la ganadora, Coral eligió el reto del mes de noviembre: «Antes y Después». Mi propuesta va a consistir en mostrar el enorme cambio que suponen unas manos de pintura, a veces tan sólo unos brochazos.
Cualquier objeto que tengamos en casa y veamos apagado, pasado de moda, o incluso cosas que hemos llegado a guardar porque ya no nos gustan, adquieren una vida nueva y sorprendentemente distinta en cuestión de minutos. Y en mi opinión, esto es aún más evidente cuando cambiamos de colores oscuros a claros.
Cualquier objeto que tengamos en casa y veamos apagado, pasado de moda, o incluso cosas que hemos llegado a guardar porque ya no nos gustan, adquieren una vida nueva y sorprendentemente distinta en cuestión de minutos. Y en mi opinión, esto es aún más evidente cuando cambiamos de colores oscuros a claros.
Y si no, mirad este portavelas de forja negra que mi madre veía ya muy triste:
Después de dos manos de chalk paint de Xylazel blanco antiguo:
Y una vez lijado:
Creo que está bastante más favorecido, no os parece?
Este marco antiguo en su día tuvo espejo. Eso me dijeron en el rastrillo en el que lo compré. No me importó en absoluto que ya no lo tuviera, porque me encantó y precisamente lo quería como parte de una composición de marcos sin fondo que estoy haciendo en una pared en casa.
Aunque no soy nada de dorados, estos antiguos me gustan mucho, por eso me daba muchísima pena cambiarlo pero, después de ver el resultado, no me arrepiento en absoluto. Lo he pintado en blanco roto, conservando la pátina oscura que se había instalado entre los recovecos.
A mí me parece que tiene más vida que antes, y por supuesto, es mucho más ligero visualmente.
Por último, os muestro el cambio de unos marcos de fotos que también son de mi madre. Eran monos, sí, pero no tenían nada de especial… eran sosos, esos marcos que contienen la foto pero pasan totalmente desapercibidos.
Una única mano de pintura y un lijado después, verdad que tienen muchísimo más encanto???
Creo que después de estos ejemplos, ha quedado suficientemente demostrado que no hay que temer para nada este tipo de cambios, que todo tiene una vida oculta y que tan sólo necesitamos una brocha para sacarla a la luz.
Para ver todas las propuestas de este reto y votar vuestras favoritas, sólo tenéis que pinchar aquí. Os esperamos!
Feliz semana!!!