2 regalos DIY para adultos invitados a una comunión
En realidad quería hacer todas las cosas maravillosas que encontré, pero después de una conversación con el #esposo (él diría que más bien una escenita a medio camino entre la niña del exorcista (pero sin vomitar el puré de verduras de la cena) y Scarlett O»Hara (poniendo a Dios por testigo)), puse los pies en el suelo y me centré en hacer pocos y fáciles (y acabarlos a tiempo).
Mi primer objetivo fueron los regalos de los invitados. El de los niños (aquí) apenas me dio trabajo porque fui recopilando libros y juguetes poco a poco y casi sin darme cuenta lo tuve listo.
Para los adultos me decidí por dos detalles decorativos: un marco con una foto de estudio de #laniña vestida de largo (sabía que les hacía ilusión tenerla porque eran todos de la familia) y un bote de cristal con una vela.
Con el marco tuve el reto de encontrar uno que fuese bonito y elegante y que a la vez encajase/ no desentonase con la decoración de cada casa.
Busqué y al no encontrar nada que me convenciese, me lancé a un DIY para personalizar uno comprado.
A continuación te cuento cómo lo hice, por si estás en la misma situación (o vas a estarlo) y necesitas inspiración para el regalo de los adultos:
Antes de llegar a uno comprado, intenté hacerlo yo misma desde cero con una caja de fruta desmontada (aquí), pero el resultado quedaba demasiado rústico.
Mi idea inicial era pintarlo con spray pero no me convenció cómo agarraba (y eso que le puse imprimación), así que acabé por pegarle unas ramitas atadas con una puntilla.
He de reconocer que lo que más tiempo me llevó fue dejar que el pegamento secase, porque escoger las ramitas y atarlas con la puntilla no tiene ninguna ciencia.
Si vas a hacer este DIY y quieres que quede bien pegado, te recomiendo que eches pegamento en los puntos donde las ramas tocan el marco y que le pongas encima un paquete de a kilo de lentejas o garbanzos hasta que se seque (no por nada, sino porque tienen la forma y el peso ideal para no chafar el ramo y a la vez mantener las ramas en contacto con él).
Este es el resultado, y me encanta porque creo que queda fino y discreto, como muy apropiado para una foto de comunión:
Aquí lo tienes con más detalle. Como puedes ver, es imposible pegar las ramas completamente porque están dobladas y no hay ni una igual, de ahí que el kilo de legumbres cumpla tan bien su función:
Para el segundo regalo me acordé del pasaje de la Biblia donde Jesús dice: «Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida», así que una vela que simboliza esa luz no me pareció fuera de lugar.
Lo hice siguiendo el tutorial de la planta metida en un bote que #laniña dio por su cumpleaños a los compis de clase (aquí), aunque cambié el alambre del asa por aluminio dorado (descubrí que es muy blando, con la parte buena de que lo cortas dando vueltas sobre sí mismo y la mala de que si lo manipulas demasiado acaba rompiendo por donde no quieres) y el washi tape por puntilla:
La vela la pegué con pegamento instantáneo. Un truqui para que quede bien fijada: pega en la base de la vela un trozo de goma eva y así no te dará guerra para pegarla luego al cristal:
Cuando #laniña los repartió entre todos los invitados, me emocioné mucho porque todos me dijeron que eran muy bonitos y que estaban hechos con mucho gusto.