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inspiración: sillas de oficina DIY

Hoy vamos a inspirarnos con ideas para customizar nuestras sillas de oficina. Algunas más fáciles que otras, ¡pero todas resultonas!

Vamos a reconocerlo, las sillas de oficina, o son bonitas o son cómodas. Ambas cualidades no van de la mano. Y las cómodas son esas negras horribles. Más altas, más bajas, con brazos, sin ellos… Pero todas feas.

Cuando veo fotos de zonas de trabajo con sillas preciosas, pienso que: a) en esa zona se trabaja poco, b) alguien tiene la espalda destrozada, c) la ponen solo para la foto. Yo misma, cuando monté mi primera zona de trabajo, compré una silla más bonita que cómoda… Y me arrepentí rápido. Vamos, mi espalda me odiaba. Así que terminé comprándome una negra grande. En ella trabajo cómoda, pero, evidentemente, no es la mejor opción para fotografiar mi zona de trabajo y que quede bonita.

No tengo intención de cambiar de silla, pero sí tengo intención de customizarla un poco para hacerla más bonita. Así que me he paseado por Pinterest para tomar ideas. Y de paso, he pensado en hacer un post, porque igual os inspira también.

Básicamente hay dos formas de ponerlas bonitas: con pintura o con tela. ¡Vamos a ello!

CON PINTURA

Debemos tener claro de qué material es nuestra silla y qué tipo de pintura necesitamos. Para la parte de las patas y los brazos, posiblemente te bastará con un spray que valga para muchas superficies (como los típicos de los grafitteros). Aunque es recomendable que uses una prebase. En una tienda de pinturas te dirán qué es mejor para tu silla.

Si queremos pintar la parte del asiento en sí, hay que tener en cuenta que al ser textil, cuero o «plasticuero», es una superficie flexible, que se mueve, que aprentamos, que soltamos… Por lo que es posible que un spray normal termine saltando. Existen sprays especiales para textil (también pintura líquida, pero creo que para este tipo de casos es mejor el spray). También pinturas especiales para tapicerías de coches, que pueden ser una opción genial si nuestra silla es de cuero-plasticuero. Eso sí, si nuestra silla es negra, o gastamos muchos botes de spray o no conseguiremos un resultado óptimo.

También puedes probar con otros tipos de pinturas. He visto casos de telas pintadas con chalk paint que aguantan bien, ¡igual es una posibilidad!




CON TELA

Otra opción es tapizar nuestra silla con una tela bonita. Incluso podemos combinarlo con la pintura. Podemos desmontarla entera y tapizarla «como Dios manda», o hacerle una funda. Ya dependerá de nuestras habilidades 🙂

Además, puede ser tela normal de algodón. O, si queremos resultados más sorprendentes, podemos buscar un cuero de algún color molón, o incluso tela de «pelo». ¡Adáptalo a tu decoración!

No hace falta quitarle la tela actual, podemos hacer un apaño poniéndola encima y grapándola. Creo que esta solución queda mejor en las sillas que tienen una parte de tela, y detrás, plástico.

Hay sillas de oficina que son de plástico duro. No son las más cómodas, pero si son las que tienes por casa, también puedes optar por el decoupage.






Y una última idea que me encanta. Si tu silla es de malla entera, ¡puedes bordarla!

Haz click en cada foto para acceder a la fuente. ¡La mayoría con tutoriales!

Mi silla es la Renberget de Ikea, que combina «plasticuero» con tela tipo rejilla, lo que me complica la tarea para decidir el tipo de pintura. ¡Pero ya os enseñaré qué hago finalmente!

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